lunes, junio 23, 2008

O'Reilly publicará e-libros sin DRM en julio

Eso es lo que cuentan en esta noticia: O'Reilly To Release DRM-Free ebooks in July de Slashdot que apunta a esta nota de la editorial. Saldrán en formato PDF, Epub (es un formato soportado por ejemplo por los Hanlin v3 y derivados, y pronto con el Sony Reader) y Mobipub (formato del Amazon Kindle), cualquiera de los tres formatos a precio único, y más barato que su contrapartida en papel . Los libros son:

Esta es una apuesta bastante seria por el mercado del libro electrónico por una de las empresas editoras punteras en la adaptación de nuevas tecnologías (Tim O'Reilly es el padre del concepto web 2.0), amen de una de las más reputadas en el campo de los libros técnicos. Y la decisión de optar por un formato sin DRM no es baladí. Aparentemente es una apuesta arriesgada, pero en realidad el DRM está demostrándose como uno de los grandes obstáculos en la adopción de ésta tecnología. Y es que nadie quiere que otro tenga la llave de su bibliografía completa, y ésta pueda desaparecer de la noche a la mañana. De la (mal llamada) piratería y los ebooks se habla también en este artículo de David Pogue en el New York Times (Pogue es uno de los autores que van a ver uno de sus libros publicadas por O'Reilly).

Este bien pudiera ser el pistoletazo de salida para el despegue de los ebooks y la tinta electrónica.

jueves, junio 12, 2008

A vueltas con los e-libros y la crisis editorial

Vamos a cambiar el tono apocaliptico imperante en los últimos tiempos en este blog y, con la excusa de una noticia sobre los nuevos desarrollos en el campo de la tinta electrónica titulada The Development of E-Paper Technology, rescatar y comentar un largo hilo en SeDice titulado Literatura sin papel: el big bang digital en el que participé profusamente.

No voy a decir que me sorprenda la reticencia de todavía una parte importante de la audiencia sobre la sustitución del papel, incluso en un foro plagado de lectores de ciencia-ficción que uno podría suponer que acogerían con mayor facilidad los cambios provocados por la ciencia y la tecnología. No me sorprende porque no es la primera vez que observo esta reacción. Pero en el caso de este hilo en concreto, lo que me sorprendío (también sólo hasta cierto punto) fue que ese recelo-oposición vino en algunos casos desde el punto de vista de autores o aspirantes a autores, así como otras personas relacionadas con el mercado editorial.

Una de las primeras reticencias viene del tema del pirateo, con lo cual, empezamos mal. Empezamos mal porque uno empieza a temerse que los autores literarios están haciendo suyo los mismos argumentos que ya ha llevado casi al suicidio a otros modelos de edición como el musical o el cinematográfico. Viendo cómo están terminando éstos, uno ya debería barruntarse que ese no es el camino. Como dije en el hilo, la facilidad para acceder a las obras es clave para comprender el abandono de los viejos soportes físicos. Ya he comentado aquí cómo iTunes, la tienda de música digital de Apple, vendía más que las tiendas de CDs. En cambio, yo he tenido que esperar 4 meses a que apareciera la 2ª edición de Festín de Cuervos. En mi caso no se perdió un cliente, pero en otros casos sí que se están perdiendo potenciales clientes.

Se habla mucho de que sólo terminan comprando los libros el fandom (digamos el núcleo duro de lectores de un género), pero es que el lector ocasional lo tiene muy difícil para poner las manos en muchas obras, con las exiguas tiradas y escasa presencia. No todo el mundo se dedica a rebuscar entre los saldos a ver si encuentra ese libro publicado hace 30 años y del que no hay redición. La mayoría lee lo que le resulta más interesante de lo que hay.

Abundando en el argumento anterior, hay otro asunto que se plantea en el horizonte editorial y que va a sembrar muchas dudas: el aumento del precio de los libros, provocado por el aumento de los costes. Muchas veces no nos damos cuenta de lo interrelacionado que está nuestro sistema económico. Factores como el mayor consumo de pulpa de papel de los paises emergentes, así como el encarecimiento de la energía, van a provocar que los libros que estábamos acostumbrados a que costaran entre los 20€ y los 30€, ahora pasen al rango de 30€ a 40€. Y en bolsillo, de precios por debajo de 10€ (llegando hasta el hipercompetitivo precio de 5€ de Byblos, que ya desaparece) pasará al rango de 10€-15€. Eso ya de por sí supone una importante contracción del mercado, aunque los presupuestos de gasto en libros se mantuvieran. Ello lleva a:

(...) ¿qué editor se va a lanzar a la piscina y arriesgarse con autores nóveles o experimentos que no saben como van a funcionar? El mundo de la edición se va a poner muy duro, sólo se va a editar en papel lo que esté sobradamente demostrada su viabilidad comercial. Es lo que estaba diciendo Luis G. Prado en su entrevista en fantasymundo. Esto es lo que pasa con Minotauro y su recorte de catálogo. Se acabó el tiempo de sondear el mercado. Ahora es tiempo de, como dirían los analistas de bolsa, "refugiarse en valores seguros". Nada de escritores minoritarios que difícilmente justifiquen comercialmente su edición. Nada de apostar por jóvenes prometedores, a ver si suena la flauta y descubrimos el nuevo bombazo editorial. Los márgenes se van a estrechar mucho, porque cuanto más se encarezca el libro, menos se va a consumir. Y en definitiva, van a centrarse en lo que saben que funciona.
En este estado de las cosas, un importante ahorro en el precio debido al formato no sólo es deseable para los lectores, que podrán disfrutar de más libros por menos dinero, sino para los propios autores: al existir más público, existe potencialmente más público para sus obras, y por lo tanto mayor potencial de beneficios.

Finalmente, tenemos el asunto del papel de los editores en este nuevo esquema. Se situa al editor en el papel de filtro: es el que decide qué merece la pena y qué no, porque es el que apuesta su dinero. Bueno, algún cínico puede decir perfectamente que lo que vende no tiene porqué coincidir con lo de "más calidad", sino con lo más popular, pero aun dando por bueno el argumento que el que más vende es el que tenga "derecho" a ser publicado, la realidad es que ese filtro no tiene porqué desaparecer, sino simplemente transformarse en lo que es: un filtro. Me remito al artículo de Fran Ontanaya Editores sin editoriales, al que yo añado la visión del editor como "consultor" literario.

La exhuberancia irracional de los nuevos canales de publicación (no sólo del ebook sino también de la publicación bajo demanda) en realidad no es más que aflorar a la superficie de Internet de miles de obras que antes hubieran quedado durmiento en un cajón (de editor) el sueño de los justos, porque sencillamente no llegan ni a unos estándares mínimos. Lo importante no es tratar de impedir que haya mucha basura* circulando por ahí, sino que lo que realmente merezca la pena aflore. Y en ese "afloramiento", hay toda una industria nueva que inventar.

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* No es mi intención ser peyorativo, pero tampoco pienso caer en la corrección política imperante.

Medios de transporte del siglo XXI (II)

Despueś de los zeppelines, viene (como auguré) el caballo de hierro. (Se estaba ya caducando la noticia de vieja)

viernes, junio 06, 2008

El día D

6 de junio de 2008, el día D (de la Debacle económica, claro)

Se dispara el Euribor, se dispara el petróleo, caen las bolsas a plomo, caen todos los índices positivos y suben todos los negativos. Los bancos, yonkis del dinero, lloran e imploran a su camello, el BCE, por una nueva dosis, ignorando que su camello sabe que están bordeando la sobredosis, y que encima el jaco es de la peor calidad.

Como escribía hace un momento a algunos que siguen empeñados que la única solución pasa por que el BCE baje los tipos (pobrecitos, lo que quieren es que baje la hipoteca, y para que pase lo justifican como sea):

Darle a la máquina de hacer dinero (que es en el fondo lo que proponéis) es una huida hacia adelante. Exactamente lo mismo que está haciendo Estados Unidos... y que no les está valiendo (ni les va a valer) de nada. Si le damos a la manivela, el Euro entra (como el dolar) en caida (es una depreciación encubierta), y por lo tanto los señores que nos venden el petroleo nos dicen que esos papelitos de colores, como que no se fían, y que nos van a cobrar por lo tanto más. Petroleo más caro => más inflacción (con riesgo de hiperinflacción), y seguimos en las mismas.

En realidad da igual el camino escogido, que al final siempre nos encontramos con el mismo dilema: la energía es más cara. Y la energía es la sangre de nuestro sistema, sin ella no podemos crecer. Por una vía entramos en recesión (decrecimiento) y por otra en hiperinflacción (decrecimiento encubierto).
Hoy mismo, un poco después, leía en la noticia de El Mundo sobre la subida del barril de Brent: "Los inversores no se están refugiando en bonos, sino en el petróleo". Creo que es el mejor resumen que se puede hacer de la situación. ¿Por qué se iban a refugian en el petroleo y no en bonos, si no es porque los bonos no son más que papelitos pintados, que llega cualquier idiota y le da al botón de imprimir más, devaluando su valor ipso-facto? Siempre se ha dicho que el dinero tiene miedo, y desde luego se va a refugiar en aquello que considere más valioso, aquello que no pueda producirse infinitamente, y que por lo tanto su valor se conserve en el tiempo. Y algo que la gente realmente quiera tener. ¿Adivináis que cumple todos estos requisitos? Las materias primas, naturalmente, y por delante de todas las fuentes de energía (sin las cuales el resto de materias primas, como el acero y el cobre, carecen del mismo valor).

Y aquí vamos al meollo del asunto, el maldito oro negro (¡Yonkis del petróleo! Arrepentíos: el día del "mono" final se aproxima inexorablemente). Cuando parece que va a dar un respiro, vuelve a apretar las pelotas de la sociedad, que gime al unísono. Y gime mucho y muy fuerte, aunque no le vale de nada. Y, dolorida, busca cabezas de turco, peleles que quemar en la plaza del pueblo. Hoy el gobierno y sus impuestos (o falta de subvenciones), mañana los especuladores, pasado las multinacionales del petróleo y al otro a los "ecolohippys". Y el ciclo de las iras se repite y repite, pero en realidad todo es en vano, porque todas las explicaciones económicas, todas las medidas, todos los lamentos, todas las amenazas, terminan estrellándose contra la realidad del límite físico. Y no oses echarles en cara la realidad, si no quieres formar parte de los peleles a los que golpear para calmar la impotencia y frustración.

¿Especulación, oigo de fondo? Sí que hay especulación. Es normal, es la forma con la que funciona el mercado, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de dinero fiduciario que se han dedicado a inyectar nuestro enfermo sistema monetario, que se vuelve ahora contra nosotros en forma de enormes bolsas de capital concentrado que intentan huir de la voraz inflacción con todos los medios a su alcance. Por ahí, en algún lado escribía acerca de la especulación con el petróleo.
No es la especulación la que provoca el aumento del precio, sino que es el aumento del precio el que provoca la especulación. Se especula impunemente porque se sabe que el valor del petroleo no va a caer. Así que no confundamos las causas con los efectos.

Pero lo voy a poner más sencillo. Hay dos opciones: que sea una burbuja especulativa, o que no lo sea.
- Si es una burbuja: bueno ya sabemos como funcionan las burbujas, acabamos de pasar una. Y también sabemos como desinflarla. Si es una burbuja, lo único que hace falta hacer es pincharla, bajando la demanda, y los precios caerán. Cuanto más se haya especulado con ellos y más inflada esté la burbuja, más a plomo caerán.
- Si no es una burbuja: en este caso es un problema estructural de finitud del recurso, y mientras la demanda crezca por encima de la oferta, seguirá encareciendose. La única opción que tenemos de detener la "espiral alcista" (¡cómo me gustan estas expresiones!) es congelando o incluso reduciendo la demanda.

Elija la opción que se elija, el resultado es el mismo. Así que... ¿para qué discutir sobre el sexo de los especuladores?
¿Bajar los impuestos sobre los combustibles, dices? Para empezar, los profesionales no pagan I.V.A.:
El I.V.A. es un impuesto para los consumidores. Los autónomos y las empresas sólo se lo recaudan al estado. Trimestralmente, al I.V.A que te pagan por lo facturado le descuentas el I.V.A. que has pagado en tus costes y materias primas, y eso es lo que le entregas al estado (ojo, que es suyo, no tuyo). Así que a fin de cuentas, el 16% de I.V.A. de combustibles en realidad ni las empresas (del transporte o no) ni los autónomos (del transporte o no) lo pagan. El impuesto que pagan todos, profesionales y consumidores, es el de hidrocarburos.
Podríamos pensar entonces en bajar el impuesto de hidrocarburos, ¿verdad? Pero resulta que:
Si Europa mañana quitara los impuestos (así de un plumazo) sobre los carburantes ¿sabéis lo que pasaría? Que el barril de petroleo se dispararía hasta que la gasolina volviera a valer lo mismo.

El precio no lo impone ni el coste de extración ni los impuestos. El precio lo impone la oferta y la demanda.

Se ofertan 87 millones de barriles de petroleo al día, y se demandan 88 millones => el precio sube hasta que sólo se demanden 87. Si a 300 millones de europeos de repente les vale más barato => se dispara la demanda => no hay más oferta => se vuelven a disparar los precios hasta que se vuelven a equilibrar en los 87 millones de barriles/dia.

Eso sí, el % de europeos que les tocaría en el reparto de esa tarta de 87 millones de barriles diarios, sería mayor. A costa de echar a otra gente, claro. Casualmente, a los que no pueden pagar esos nuevos precios, a los más pobres. :-/

La única manera real de bajar el precio es bajar la demanda. Todo lo demás son pamplinas.

Y eso es tarea de todos, no que unos reduzcan su nivel de vida a las de un eremita para que otros puedan seguir a su ritmo de vida a todo tren. O jugamos todos, o se rompe la baraja. Y si se rompe la baraja ya os adelanto a donde vamos a ir todos: a la puñetera mierda.
Sí, señores. Porque asistir al derrumbe de un modelo sin solución de continuidad sería muy divertido si no fuera por las macabras consecuencias que vienen a la par. Los pescadores, los agricultores, los transportistas se declaran en huelga para presionar al gobierno, pero prefieren ignorar que esa acción condena a miles y miles de personas a la inanición. El llamado Tercer Mundo no puede competir con el Primer Mundo a la hora de pagar el petróleo. Y como la agricultura moderna es fundamentalmente transformar petróleo (mecanización, conducción de riegos, fertilizantes, herbicidas, fungicidas, insecticidas y todos los -cidas que se os ocurran) llega la ¡oh sorpresa! crisis alimentaria. No de la mano de de malvados especuladores, sino de la mano del precio del petróleo.

Esta es una selección de comentarios, pero podría poner 20 más. Podría recopilar muchos de ellos acerca de la energía nuclear (que en realidad también está basada en esa energía barata y abundante que es el petróleo y sin la cual no se sostiene por sí misma) y sobre otros temas, pero en definitiva sería darle más vueltas a lo mismo. La única que merecería la pena rescatar, como colofón, sería la siguiente:
El problema principal no es que escasee el petroleo, el problema principal es que nuestro modelo socioeconómico se basa en una fuente de energía barata y abundante. Si no hay energía barata y abundante, el modelo no se sostiene.
Buenas noches... y buena suerte.