miércoles, enero 18, 2012

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domingo, enero 08, 2012

El precio de los ebooks y las tiradas

Voy a romper excepcionalmente mi silencio acerca de los ebooks y la crisis editorial para contestar a este desatino (me niego a poner el enlace al artículo de El País para no premiarlos encima con notoriedad y PageRank):

Desde Anagrama, Paula Canal rebaja las dosis de euforia: "Con bestsellers se pueden fijar esos precios [de ebooks] porque venden millones de unidades, pero ¿qué ocurre en el caso de ventas de no más de 1.000 ejemplares?", se pregunta. "No hay futuro con estos precios en un ecosistema editorial saludable, en el que todavía sobreviven ediciones pequeñas para títulos difíciles"
Lo primero que hay que decir es que realmente las ediciones pequeñas en el caso del mundo del papel no sobreviven por si mismas. En grandes y en no tan grandes editoriales, tienen uno o varios libros/autores superventas, que son los que cubren buena parte del negocio anual, se tienen un grupo mayor de autores no superventas pero sí con ventas medias (autores de género o nicho), y luego se publican muchas apuestas arriesgadas (autores nóveles, desconocidos, etc) cuyos costes normalmente no cubren la inversión caso por caso. ¿Por qué se hacen este tipo de inversiones, entonces? Porque, de vez en cuando, el burro toca la flauta por casualidad y un libro o un autor desconocido se convierte en un éxito de superventas que compensa con creces todas las inversiones fallidas.

El ejemplo más conocido de este fenómeno es El Código da Vinci de Dan Brown, pero hay muchos más. J.R.R. Tolkien y El Señor de los Anillos que le permitió al editor de Minotauro Francisco Porrúa publicar a su gusto un amplio catálogo de autores en algunos casos poco o nada comerciales gracias a los generosos beneficios obtenidos de la venta del autor inglés (un completo desconocido cuando Porrúa compró sus derechos). George R.R. Martin es el gordo —no ofense— de la lotería que le ha tocado a Gigamesh, y así podríamos seguir toda la tarde.

Así que cuando el editor citado arriba apela a "las tiradas cortas" para justificar el precio de los ebooks, nos está tratando de confundir una vez más. Si fuera verdad, la edición en tapa dura de El Señor de los Anillos hubiera costado 5€ mientras que la de tapa blanda de Pequeño, Grande hubiera pasado de los 50€. Pero las editoriales no funcionan así, porque saben que si ya es difícil que se compre un libro de un autor desconocido, si además el precio es claramente disuasorio no van a vender nada, así que obviamente los precios de los libros tienden a igualarse (para que así sean percibidos como del mismo "valor subjetivo) independientemente de la tirada. Se puede decir perfectamente que los best-seller "subsidizan" a las pequeñas tiradas, bien sean libros especializados o de nicho o fracasos.

Si esto funciona para el libro de papel, con mayor razón va a funcionar en el caso del ebook, puesto que, para empezar, se elimina la diferencia de costes asociada al volumen de las tiradas, distribución de las mismas, stocks y devoluciones, etc. Es decir, a los debidos al coste físico. Lo que puede repercutir en el coste de una plataforma de distribución y venta de ebooks añadir un título más es mínimo, y en todo caso relacionado con el número de títulos ya presente. Es decir, el coste de añadir un título a una plataforma que aloja ya 1 millón de títulos es simplemente despreciable, frente a añadir uno a una plataforma de 10 títulos. Obviamente las economías de escala triunfan, y no sólo por el efecto "cola larga".

Por otro lado, ¿qué costes fijos pueden repercutir en un ebook que puedan encarecer una pequeña tirada frente a una mayor? Se me han sugerido: derechos,  traducción y maquetación. Los derechos de autor en realidad son porcentuales, no fijos, así que no afectarían, pero me ponen la pega respecto a que las editoriales acostumbran a dar un adelanto. Aun teniendo en cuenta eso, estoy convencidísimo que los adelantos que dan las editoriales se basan en las ventas que se esperan de ese autor y obra en concreto, y que no se da el mismo adelanto a, por poner un nombre, Arturo Perez-Reverte que a un autor nóvel, por lo que los costes fijos en este caso favorecerían al autor desconocido frente al conocido.

En el caso de las traducción y derechos de autores extranjeros, es cierto que éste es un coste fijo en principio. Pero también es cierto que las obras y autores que se traducen suelen serlo en su mayoría porque son éxitos o han funcionado aceptablemente bien en sus mercados originales, y por lo tanto no son una apuesta totalmente a ciegas. Lo cual no quiere decir que no se pueda estrellar, claro, pero es algo que puede pasar exactamente igual en el papel, y se combate de la misma manera que en el caso de los de papel y de la misma manera que relatábamos al principio: los fracasos se compensan con los éxitos. De hecho, si el efecto de estos costes de traducción y derechos fuera realmente significativo, entonces en los propios libros de papel los autores extranjeros serían sistemáticamente más caros que los autóctonos, cuando cualquier vistazo a las estanterías de una librería nos dice que esto no es así. Bien sea por aumento del porcentaje de éxito por la criba de los mercados de origen, o por una uniformización de precios artificial de las editoriales, el caso es que no es óbice para que este apartado justifique un sobrecoste en los ebooks, y en todo caso si afecta, que lo haga en los ebooks extranjeros y no en los nacionales, cosa que no pasa.

El tercer apartado de revisión y maquetación es un coste que efectivamente repercute más cuanto más corta es la tirada. Nuevamente, no se diferencia del caso del papel, aunque hay que decir que los costes de maquetación digitales deberían reducirse significativamente con el tiempo basándose en herramientas automáticas de maquetación que se amortizarían a medida que son empleadas para la corrección y conversión de más títulos. Otra cosa es que las pequeñas editoriales, por su escaso volumen de títulos a publicar opten por una revisión y maquetación manuales porque no les compensaría el coste de las herramientas automáticas (aunque aquí se podrían adaptar estrategias de agrupación —cooperativas de editores por ejemplo— que permitieran el acceso a ese tipo de herramientas con unos costes contenidos).

¿Compensa el aumento del precio por estos costes de maquetación los debidos al caché del autor superventas? Es difícil de decir, aunque en cualquier caso no significaría una desviación demasiado llamativa. Lo que sí tengo claro es que un autor desconocido no se puede arriesgar a que su libro vaya en precio final por encima del de un libro equivalente de un autor consagrado, so pena de quedarse totalmente fuera del mercado. Por sentido común. Y si ello significa que debe sacrificar una parte de sus ganancias... yo no me lo pensaría. Si realmente cree en su obra y en el éxito de la misma, el volumen se lo va a compensar. Y siempre podrá aspirar a una mayor retribución una vez que ha entrado en el Olimpo de los autores consagrados —consagrados al menos por las listas de ventas.

¿Por qué el editor de la cita ha decidido obviar todo esto que naturalmente conoce? Go figure. }:-)