sábado, agosto 01, 2009

Fin de temporada: El mundo eficiente

Esta temporada de blogueo ha sido bastante más prolífica de lo que era de esperar si nos basásemos en la actividad de periodos pasados. Tal vez espoleado por mi reciente incursión en Twitter (artículo 'Yo y el Twitter'), o porque la crisis en que nos hallamos metidos trae muchos temas interesantes a la palestra (recordad la maldición "ojalá vivas tiempos interesantes"), entre ellos algunos recurrentes en este blog, el caso es que he escrito bastante más de lo habitual, y se me ha ocurrido hacer una especie de resumen de "fin de temporada" donde dar formar a lo que han sido estos últimos meses de blogueo y tuiteo.

El hilo conductor de éste resumen va a ser una de estas ideas locas que se te ocurren un día y luego quedan abandonadas en un cajón (en este caso en un fichero): un texto que tuviera una longitud mayor a la acostumbrada (practicamente un ensayo), cuya base serían artículos del blog, en el que se tratara de escudriñar en el nuevo mundo que nos puede aguardar más allá de la crisis (efectivamente, un ejercicio de pura futurología). Incluso tenía el título escogido: "El mundo eficiente (visiones del futuro que nos aguarda)".

No voy a negar que ésta visión está fuertemente influenciada por las ideas de —entre otros— el economísta Santiago Niño Becerra. Aunque en la reseña que hice de su libro ('Reseña: 'El crash de 2010' de Santiago Niño Becerra') fuí bastante crítico con el mismo, no dejo de estar de acuerdo con sus deprimentes predicciones económicas (las mías pueden leerse en 'Inflación o deflación'). Y me parece tremendamente lúcido su pronóstico de que vamos obligatoriamente hacia un mundo donde lo que primará será la eficiencia, que él resume en su coletilla : "lo necesario será lo importante". Por eso la eficiencia, como factor que prima en un mundo en decrecimiento, subyace como telón de fondo de bastantes de mis blogueos, independientemente del tema específico que trataran.

El hilo conductor de éste resumen será el pequeño e improvisado esbozo que hice (junto a una pequeña linea definitoria) de lo que iban a ser las partes de "El mundo eficiente":

La energía eficiente

«De donde no hay, no se puede sacar.»
Trataría sobre temas como el Peak Oil, la inviabilidad de la energía nuclear y cómo ya se nos está preparando para un mundo donde la eficiencia energética va a ser clave. Dentro de este apartado se clasificarían artículos como 'Los smart grids mataron a la estrella nuclear'. En realidad, no he escrito mucho sobre los aspectos energéticos de esta crisis (habría que remontarse a la temporada anterior para encontrar algunos) aunque sí que tengo innumerables comentarios por ahí esparcidos a los que no he dado forma de artículo de blog. Realmente éste es la piedra maestra de toda la teoría del decrecimiento y de la necesidad de eficiencia, por lo que merecería más espacio, si no fuera porque ya se trata en muchos otros sitios y con mayor conocimiento de causa, así que poco novedoso puedo aportar.

La información eficiente
«Cuando los intermediarios son potencialmente infinitos, y el valor añadido que aportan tiende a ser marginal.»
Dentro de éste apartado entraríamos a hablar tanto de la crísis editorial como la crisis de los medios de comunicación y en general de la crisis de la industria de generación de contenidos. Respecto a la primera, es una vieja conocida nuestra, y artículos como 'A vueltas con los e-libros y la crisis editorial (II)' no son más que recopilaciones de discusiones acerca de la validez de los nuevos medios como el ebook, ideas que también se recogen en 'Carta de un carretero a Henry Ford' (una sátira frente al fetichismo tacto-olfativo de los libros de papel), 'El futuro de los libros' (que reflexiona sobre otro tipo de libros que no son literatura de ficción) o 'El futuro del libro digital (I)'. En éste último lanzo la propuesta de hacer un libro de artículos de opinión sobre éste tema en concreto (artículo que lamentablemente tendré que postponerlo para una siguiente temporada).

Respecto al segundo de los temas, la crisis de los medios de comunicación y el "nuevo periodismo", no voy a decir que sea un tema realmente novedoso (debería repasar mucho archivo para confirmarlo), pero sí que lo es en el sentido de que ya nadie duda que los medios de comunicación se están, literalmente, muriendo, con la prensa de papel a la cabeza. Los artículos 'La crisis (intelectual) del periodismo' y especialmente 'El día que la prensa se declaró derrotada' hacen hincapié en el fracaso de un modelo de información en su día eficiente, pero que ya no lo es.

Finalmente, hay tres artículos que tratan el tema desde un punto de vista general de "eso" que ahora llaman cultura y antes conocíamos como industrial del ocio y el entretenimiento: 'La creación cultural como impuesto' (un ejercicio de catársis mediante la provocación, para contemplar de otra forma la cultura, así como quienes, de qué forma y por qué la crean), 'Funciona, porque es gratis' (reflexiones al hilo del libro 'Free' de Chris Anderson sobre modelos que funcionan no a pesar de sino gracias a la gratuidad) y 'El fiasco del DRM' (donde disecciono el fracaso de lo que es un modelo para el que no hay solución tecnológica cuando se trata de un problema social).

El mundo de la cultura libre (que no es lo mismo que la cultura gratis) es un tema que siempre ha tenido relevancia en este blog, pero como véis estamos inmersos en un proceso más allá de la cultura libre. Nos enfrentamos a la muerte de los monopolios de los canales de información tradicionales, sustituidos por una información omnipresente y tremendamente eficiente —Internet— y por ello barata. Tan barata que roza la gratuidad. Y es algo que en está de rabiosa actualidad, porque está haciendo tambalear verdaderos imperios económicos asentados del establishment.

La política eficiente
«La "democracia directa" indirecta, o cómo la "opinión pública" minoritaria pero activa afecta más a la política real de lo que pensamos.»
No hablo habitualmente de política. Primero, porque es un tema que levanta pasiones encendidas que hacen perder todo atisbo de objetividad y racionalidad en ciertas personas. Segundo, porque realmente a poca gente le interesa la política. Lo que más abunda —hasta la naúsea— es hablar de políticos y de partidos políticos, no de política. He hablado tres veces de política en esta temporada, y una cuarta, a medio caballo entre la política y la economía. La primera, para denunciar el torpedo en toda la línea de flotación de Internet del paquete Telecoms votado en el parlamento europeo. La carta de protesta que envié a los europarlamentarios como parte de la campaña de presión está, para vergüenza y escarnio público, en 'Carta personal al Parlamento Europeo'. La segunda vez en el artículo 'Futuros imaginados, presentes extrapolados' donde repaso algunos futuros imaginados por autores de ciencia-ficción y si podríamos estar dirigiéndonos hacia algo similar a alguno de ellos, incluyendo reflexiones sobre la tecnocracia. Y la tercera ocasión, 'Democracia directa y Gobierno 2.0' trato más directa y profusamente el tema, abordando asuntos como la viabilidad de la democracia directa, la política 2.0 y el gobierno 2.0. Un mundo eficiente necesita ser regido por un gobierno eficiente, algo muy alejado de la parodia de "política" que nos gobierna hoy en día, por lo que deberá obligatoriamente transformarse, aunque ahora mismo esto nos pueda sonar a utopía. En realidad, las primeras piedras del camino ya están colocándose. Y finalmente, el artículo 'Por qué no se rebelan los mileuristas' trata tanto aspectos económicos como aspectos políticos de la crisis (y es que a veces se nos olvida que vivimos en la cara buena del mundo).

El ocio eficiente
«El ocio no es un producto de primera necesidad, así que sólo sobrevivirá aquel que sea asumible, es decir, realmente barato.»
No he tratado mucho éste tema, salvo extensamente lo referido a los libros y los ebooks. En el artículo 'Crea tu propia economía' recojo la opinión de otro bloguero para hacerla mía: cómo Internet es una fuente de ocio y entretemiento prácticamente infinita, muy barata (por las economías de escala asociadas) y por lo tanto muy eficiente. El artículo habla de la web, de las redes sociales específicamente, pero se olvida de otro gran foco de ocio potencialmente barato: los videojuegos. Estas formas tan baratas de ocio están suponiendo un auténtico desafío para la industria del entretenimiento tradicional, comparativamente más caras en coste/tiempo de disfrute, y por lo tanto más ineficientes (y a estas alturas ya nos podemos imaginar que le va a pasar a las industrias ineficientes en un mundo donde prime la eficiencia).

Un ejemplo sobre el que no he escrito, y hubiera estado bien escribir, son los juegos multijugador masivos. En éstos la narrativa se traslada al espectador que se convierte en actor, quedando el trabajo del proveedor reducido a poner el marco (la ambientación). Las propias dinámicas que se crean entre los jugadores, de enfrentamientos, alianzas y traiciones, crean una interacción mucho más adictiva de lo que suelen crear los guiones preestablecidos. Los mundos abiertos de todo tipo, desde los más sencillos hasta los más complejos, sirven como escenario a ficciones interactivas basadas en dinámicas de grupo reales, y los ARGs y la realidad aumentada promete llevar este tipo de ficción virtual también a escenarios del mundo físico.

El mundo eficiente

El mundo eficiente no es el peor de los escenarios posibles, como a algunos les gusta pintarlo. No es una especie de mundo postapocaliptico. Tantos años llevan intelectuales, filósofos, escritores y pensadores criticando el consumismo y el materialismo de nuestra sociedad que realmente sorprende la histeria colectiva por verlo desaparecer. El miedo al cambio es inevitable, porque las transformaciones dejan siempre "bajas colaterales" en forma de gente que lo pasa realmente mal (algunos muy mal). Pero también en ese mundo del lujo y el despilfarro 5/6 partes de la población lo pasaba mal o francamente mal, y no por ello la rueda se paraba. Ahora la rueda gira en otra dirección, y nos toca movernos con ella, lo mismo que hicieron nuestros antepasados, y lo mismo que harán nuestros descendientes.

La sociedad que saldrá de esta transformación (si es que estos vaticinios se cumplen, que no tienen porqué) tendrá ventajas sobre el modelo actual, y también tendrá sus inconvenientes. Algunos hablarán de los "buenos viejos tiempos" y otros en cambio los recordarán con horror. ¡Ni siquiera tenemos todavía claro hacia donde nos dirigimos! Sólo débiles esbozos que apuntan una dirección incierta. Hasta que no lleguemos realmente allí, cosa que llevará su tiempo, no podremos valorar lo que realmente hemos ganado o hemos perdido. Mientras tanto, todos estos ejercicios de futurología son sólo eso, ejercicios con los que algunos nos gusta entrenar —y entretener— nuestro intelecto. Así que tómese cualquier cosa que aquí haya dicho con una pizca de sal.



Fin de temporada

Llega agosto, y es hora de descansar también del blog. En septiembre, o cuando corresponda o me apetezca, si es que hay algo que merezca la pena ser escrito, retornaré para dar buena cuenta de ello. Mientras tanto, disfruten de las vacaciones y descansen, si es que lo necesitan tanto como yo. ;-)