lunes, junio 01, 2009

Por qué no se rebelan los mileuristas

Una de las cosas buenas que ha traido la crisis consigo es que, de vez en cuando, uno se encuentra de vez en cuando artículos de brutal sinceridad, inimaginables en ciertos medios hace unos años. Uno de estos artículos es el aparecido hoy 1 de junio en El País "Adios, clase media adiós".

El artículo seguramente merece un análisis más exhaustivo, pero yo me voy a quedar con la última frase del mismo: "El mileurista ha dejado de tener edad. Gana mil euros, no ahorra, vive al día de trabajos esporádicos o de subsidios y, pese a todo, no se rebela".

Despues de 295 comentarios, los de El País han decidido cerrar los comentarios a esta noticia, así que mi respuesta va a ir aquí.

¿Que por qué no nos rebelamos?

  1. ¿Qué sentido tiene rebelarse? ¿Contra quién y por qué? El artículo pinta un panorama muy negro para los mileuristas, nada alejado de la realidad. Pero lo que no cuenta el artículo es que esos mileuristas seguimos siendo parte de los 1.000 millones de habitantes privilegiados de éste planeta. Y por cada uno de esos 1.000 millones, hay 5,5 personas que viven infinitamente peor que nosotros. Para ellos un mileurista es algo así como un potentado. Desde ese punto de vista... ¿vamos a hacer una revolución? ¿Por qué razon? ¿Para vivir todos como Bill Gates? Eso en el fondo sabemos que es imposible, como sabemos que somos unos privilegiados, aunque nos gusta no acordarnos demasiado de ello. Los que tienen justas y verdaderas razones para una revolución, sería a costa nuestros privilegios y derrochador modo de vida. Como decía el Quijote: "Mejor no meneallo".
  2. ¿Quién dice que no nos estamos rebelando? Claaaro, para algunos una rebelión consiste en que rompamos escaparates y quemenos cosas para cortar carreteras. Absurdo, esa es la rebelión que quieren los poderosos. Algo para decir "mira que bárbaros, tenemos que controlarlos por su propio bien". Eso no es una rebelión, eso es seguirles el juego. La verdadera rebelión, lo que les molesta de verdad es que consideres totalmente innecesario un automóvil, y por lo tanto no te lo compres. Que decidas no derrochar. Que seas generoso con los demás. Que pienses que en este mundo hay miles de millones de personas más que tienen el mismo derecho a vivir, y que por lo tanto el mundo no está al servicio de tus caprichos. Eso les jode, porque conviertes que ellos quieran que el mundo esté a su servicio en algo falto de ética. No imponen su patrón de forma de pensar. La cultura libre, la cultura de compartir, y la cultura de colaborar en vez de competir, es pura rebelión contra el su modo de vida, una rebelión mil años luz más efectiva que quemar cajeros o destrozar mobiliario urbano.
La próxima vez que oigas que los jóvenes de ahora son todos unos conformistas, ríete. Sí, ríete, porque si fueran capaces de comprenderte, entonces sí que estarías pensando mediante sus antiguos esquemas. El hecho de que no sean capaces de comprenderte, demuestra hasta que punto eres inconformista.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta ese enfoque de que compartir, colaborar, y no ser pasto del consumismo es radicalmente revolucionario. Sin embargo, a este barco no se suben mucho más de 4 gatos. Una gran mayoría sigue bobaliconamente la misma dinámica romana de hace 2000 años: pan y circo para la plebe (o mileurismo y OT/fútbol). Los patricios de hoy, que todo lo hacen "por el pueblo" -pero sin el pueblo- nos gestionan como les viene en gana, y en su frenesí por ganar más y ser más entre los de su propia casta, se están cargando derechos y libertades por los que nuestros abuelos/padres palmaron.
A veces me pregunto si no estamos siendo pusilánimes o demasiado autocomplacientes...

Javier Cantero dijo...

En las revoluciones siempre ha habido una minoría activa (girondinos y jacobinos, bolcheviques) rodeados de una mayoría más o menos muda que dan un apoyo bastante pasivo. En eso no habría mucha diferencia.

En cuanto a la autocomplacencia, depende a quién le preguntes. Si le preguntas a los mass-media (periódicos, televisiones, cinematográficas, discográficas) que ven desaparecer su modo de vida, seguro que esta revolución les parece parece cualquier cosa menos timorata. O:-)