¿Y dónde quedan las librerías en todo esto?
(Nota: esta entrada fue originalmente un comentario en Google Wave, que he extendido)
Dificil papel, por no decir papelón, el de las librerías físicas. Estaba leyendo el artículo de Tökland 'Como el vino… Librerías independientes con D.O.' y la verdad, no veo en que puede servir el modelo francés de "subvención encubierta". Vale que las librerías físicas pueden ser incluso un reclamo turístico, y por lo tanto interesa que sobrevivan algunas, pero a) no creo que sean muchas b) serán bastantes menos de la que existen ahora mismo c) en lugares con suficiente población, o "emblemáticos" (en el caso francés, por ejemplo en París, en determinadas zonas).
Este modelo de subsistencia asistida es un modelo que puede servir para aplacar momentáneamente las iras del sector, pero no es un modelo de futuro. Las librerías vivirían de la subvención hasta que el librero decida jubilarse, pero será difícil que se creen nuevas librerías, cuando los requisitos están pensados para mantener las pequeñas librerías, digamos "con pedigrí" (una nueva librería difícilmente va a tener ese "pedigrí"). Como mucho, esas pocas librerías emblemáticas pasarían de padres a hijos, como si de una concesión estatal, del tipo de los antiguos estancos, se tratase.
Otra cuestión es si tiene algún sentido ver las librerías como algo físico (el "átomo contra el bit", que diría fernand0). Siguiendo uno de los enlaces del artículo anterior '23.000 habitantes, 15 peluquerías y una librería' yo me pregunto... ¿por qué cerrarse sólo a 23.000 potenciales clientes? Una librería no tiene porqué restringirse a vender sólo a los que pueden llegar a su umbral, ni siquiera aunque hablemos de libros físicos, pero aún con más razón si hablamos de libros electrónicos. En fin, a mi me parece una manera de autolimitarse (pero oye, allá cada uno con su negocio).
Yo sí conozco el caso de una librería que ha abierto estos últimos años: la tienda de Cyberdark. No conozco los datos reales, pero parece irle bien (desde luego mejor que a la mayoría de las librerías que están cerrando). ¿Su secreto? Primero, que está especializado en un segmento muy concreto. Segmento además del cual existen pocas librerías físicas especializadas al ser pequeño (difícil acceso geográfico). Segundo, prestigio en el sector (su dueño fue el administrador de uno de las comunidades virtuales más importantes de dicho género en ese mismo dominio). Los usuarios saben que Cyberdark (su alias) está al tanto de las novedades, y las tiene siempre disponibles (catálogo exhaustivo). Tercero, buenos precios (5% de descuento, que es el máximo permitido y ofertas en los gastos de envío para envíos grandes). Todo ésto la convierte en una librería de referencia del fantástico en España, y el hecho de tener un mercado más amplio que el meramente local, lo que permite que el modelo funcione.
Otro modelo de librería que es interesante echar un vistazo es el del servicio de impresión bajo demanda por Internet Bubok. Y es interesante porque, al ser utilizado ampliamente para la autopublicación, tiene dos factores interesantes: exclusividad (en el sentido de que muchos libros autopublicados sólo se pueden encontrar ahí) y posibilidad de precios reducidos. Bueno, los precios los ponen al alimón autores y el servicio, pero al ser ediciones exclusivas, no están atados a la ley del precio fijo y por lo tanto es una vía de escape de la misma, con lo que pueden competir con ventajas con las librerías físicas, si se lo proponen.
Naturalmente, estos modelos no son implantables para el número de librerías que ahora mismo existen. Aun dividiendo el sector en géneros, y teniendo varios servicios de impresión bajo demanda, no hay mucho espacio que colonizar. Eso sí, ese espacio será para los que primero lleguen y se asienten más firmemente. El resto, serán barridos por Amazon y la otra/otras dos grandes que queden.
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