sábado, mayo 15, 2010

El PIB es gasto

Según La Wikipedia, el Producto Interior Bruto (PIB) es "el valor monetario total de la producción corriente de bienes y servicios de un país durante un período". En mis tiempos de instituto, en la asignatura de economía, nos enseñaban a calcular el PIB como la suma de los términos C + I + G + ( Exp - Imp), donde C representa el consumo privado, I la inversión (privada), G el gasto público, y Exp e Imp las exportaciones e importaciones respectivamente.

En el artículo de Wikipedia nos explica que hay varias formas de calcular* el PIB. La más habitual sigue siendo la que emplea el método de la demanda (o sea, el gasto) explicado arriba. En realidad, eso no importa, ya que las tres formas son equivalentes. Por ejemplo, en el método del ingreso, se miden no las salidas de dinero, sino las entradas. Pero ¿es que acaso toda entrada no corresponde con una salida? Lo que es un ingreso para una entidad, corresponde a un gasto para la parte opuesta. En definitiva, que medir los ingresos es lo mismo que medir los gastos. Y en cuanto al tercer método, basado en el valor agregado, lo único que se diferencia es que se va calculando la diferencia entre ingresos y gastos en cada etapa intermedia. Pero como todos esos términos intermedios (los gastos comprando a los agentes anteriores a la cadena corresponden a los ingresos de dichos agentes, y lo mismo ocurre por el otro extremo de la cadena)  se anulan entre sí, el resultado es —o debería ser, si las mediciones fueran perfectas— el mismo.

La conclusión a la que quiero llegar es que, independientemente del método elegido, estamos midiendo lo mismo: lo que se ha producido (bienes y servicios) en el país (o area de estudio) durante el periodo de estudio, mediante el método de sumar lo que se ha pagado en ello. Lo que ha costado. En definitiva, lo que se ha gastado. El PIB mide el gasto.

El matiz no es caprichoso. Hace poco, hablando con un amigo acerca de la famosa "Y griega vasca" (el trazado del AVE) comentaba cómo se ha escogido un trazado muchísimo más caro —debido a la complejidad técnica— en vez de seguir la orografía natural de siempre (paralela a la N-1). Él achacaba la decisión a motivos políticos (no dejar a Bilbao fuera del importante eje ferroviario a Francia). Yo no estoy de acuerdo, esa no es la única explicación. Hay una razón más importante a tener en cuenta: una obra pública varias  veces más cara supone una aportación mayor al término G anterior de la fórmula del PIB. Esa actuación y otras del mismo estilo pueden ser la diferencia entre presentarse ante los electores diciendo "hemos crecido al 3%, vamos más que bien" y "hemos crecido al 0,5% estamos pasando dificultades" ¿Por cual creéis que optará el político?

Bueno, me diréis, "eso dependerá del dinero que se tiene para gastar". Claro, pero es que la cantidad de dinero que tenemos para gastar es en la práctica ilimitado. "¿Cómo?" Claro, ¿no lo recordáis? el dinero es deuda: podemos crear todo el dinero que necesitemos, mientras sea una "inversión" (genere riqueza). Y en ocasiones, ni siquiera eso: basta que podamos devolverlo a tiempo (gastamos por anticipado con ingresos del futuro). No estamos para nada limitados por el dinero disponible en este momento. Toda actuación que genere una mejora significativa, y por lo tanto un ahorro o un beneficio futuro, es una inversión amortizable y por lo tanto automáticamente merece la pena invertir en ella, así que se crea el dinero como deuda ya, y la actuación se realiza ya. No hace falta esperar y ahorrar para tener ese dinero disponible. Así que repito la pregunta: ¿por qué opción creéis que se va a decantar un gobernante, por aquella más cara, y por lo tanto "más generadora de PIB" (gasto), aunque su deuda tarde más en pagarse, o por una que a la postre dé el mismo servicio, pero sea más barata (menos gasto) y por lo tanto genere menos PIB?


Este es el meollo del asunto: si el PIB es gasto, cuando crecemos, en realidad lo que hacemos es crecer en gasto. Así que, una política expansionista del PIB como la nuestra, es en realidad una política de promoción de expansión del gasto. Miradlo de la siguiente manera: los agentes económicos,  sean públicos o privados, reciben un estímulo positivo cuando gastan ("crecemos") y negativo cuando no lo hacen ("no crecemos"). Así que el gasto se convierte en un reflejo pavloviano: se premia a aquellos que maximizan el gasto. A las inversiones más caras. A veces incluso a inversiones dudosas: inversiones de las que se espera un beneficio pero luego no resulta tal. Imagináos una ciudad que gasta una cantidad de dinero en hacer un museo de arte moderno porque espera aumentar el turismo cultural, pero no lo consigue porque otras X ciudades han hecho lo mismo, y ninguna de ellas llega a las cifras de visitantes suficientes como para recuperar la inversión. ¿Ficticio? ¡Ja!

Tal vez penséis que esto sólo ocurre con el sector público y en concreto con las obras públicas. Pues no. Está extendido tanto en el sector público como en el privado, y en todas las actividades. Seguramente lo habéis vivido u os lo han contado de primera mano, sólo que no lo habéis reconocido a primera vista. Ejemplos reales: vuestro departamento todos los años aumenta su presupuesto, aunque para ello tenga que pedir a alguno que incluya un gasto que realmente no necesitáis, pero que figure como una inversión (algún aparato instrumental caro, equipamiento informático y similares suele ser lo más habitual en estos casos). O se está terminando el año, y como queda dinero en el presupuesto asignado, "hay que gastárselo" (justificadamente, claro). Las excusas son siempre las mismas: "si gastamos de menos, el año que viene nos recortarán el presupuesto" o "como siempre dan de menos se sobredimensionó el presupuesto un X% para cubrirnos las espaldas". Y por supuesto no faltará el clásico "el resto de departamentos hacen lo mismo y no vamos a ser los tontos legales a los que no llega el reparto".

Los síntomas siempre son los mismos: gasto, gasto, gasto. Crecer, crecer, crecer, cueste lo que cueste. Es la consigna. Es el dogma. La palabra sagrada en nuestra religión del dinero: ¡que nadie ose desafiarla!

Imagináos que estimáramos el estado de salud de una persona por su peso. Una persona (adulta) raquítica, que pesara 35 kilos estaría en un lamentable estado de salud. Una persona de 70 kilos (el doble) en cambio diríamos que su salud es el doble de buena. Luego a más peso, más salud ¿no? Bien, entonces lo que necesitamos son dietas ricas en grasas saturadas, que nos permitan aumentar peso. Y cuando la persona llegue a los 210 kilos, su salud será el triple de buena que cuando pesaba 70 kilos ¿no? Pues bien, ese es el razonamiento que se utiliza en economía, sustituyendo peso por PIB. A más PIB, mejor salud económica. Porque cuando nuestra economía era raquítica, crecer en volumen de gasto la mejoró ostensiblemente. Ergo, lo que hay que hacer es seguir engordándola indefinidamente. Aunque para ello compremos cacharros "por necesidades del presupuesto" a los que escasamente les vamos a sacar rendimiento. O multiplicando por 5 o 10 el gasto en una infraestructura por un capricho político. O llenando el país de aeropuertos (¿Por qué 52? ¡Pongamos un aeropuerto en cada municipio, hasta llegar a los 8.000!). O museos, o universidades, o paseos marítimos, da igual. También podemos llenar los ríos de puentes, uno cada 100 metros, o directamente cubrirlos. Lo importante es engordar el sacrosanto PIB.

Luego, claro, las arterias están tan obstruidas que raro que no estallen.Vienen los infartos. Nos dicen que debemos reducir peso, o moriremos. Pero resulta que llevamos haciendo tanto tiempo lo mismo, que no sabemos aplicar otra receta que la de siempre. Y en ese punto estamos.

El PIB (y también sus derivados como el PIB per cápita) son indicadores bastos (con b), zafios, de brocha gruesa. En su momento sirvieron porque apuntaban en la dirección que había que ir, pero ahora apuntan en la dirección contraria. Ahora que tenemos obesidad, se convierten por si mismos en parte del problema. Necesitamos nuevos indicadores. Necesitamos nuevas referencias que nos digan si vamos en el buen camino o no. Referencias con las que no se "castigue" que un departamento se ahorre parte del presupuesto porque simplemente no ha habido lugar a usar ese dinero de mejor manera. Referencias que permitan valorar si un gobernante está aplicando y obteniendo la solución más eficiente (la de mayor relación servicios obtenidos/gasto dedicado). Indicadores que castiguen el despilfarro sin sentido, y premien aquellos que gastan más inteligentemente.

Esos indicadores no existen, están por desarrollar y son probablemente bastante complejos. Pero son necesarios ya. Hay que pasar página definitivamente de esta locura del PIB expansivo infinito como santo grial económico.

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* realmente la palabra adecuada sería "estimar", no calcular, ya que las cifras nunca llegan a ser realmente exactas

8 comentarios:

Dubitador dijo...

Propugno e impugno que si te diera por decir La Wikipedia no incurririas en laismo.

Javier Cantero dijo...

Arreglado, gracias.

Ricardo dijo...

Mira por dónde y siendo absolutamente ignorante en lo concerniente a economía he entendido el texto perfectamente. Y encima, me a gustado mucho.
Gracias.

Javier Cantero dijo...

Vaya, Ricardo, eso sí que es un piropo. Gracias. :)

Replicante dijo...

Por eso aqui solo se crea empleo neto cuando se crece por encima del 2,5 % de PIB, por que la productividad es tan baja que necesitamos más PIB para generar dicho recurso.

como muy bien dices hay que cambiar la mentalidad y premiar al que ahorra no al que gasta.

Muy bueno el articulo sobre el PIB

pepebejar dijo...

Muy buen artículo. Me parece mucho más acertado hablar en los términos en que lo haces, y no empezar ahora a hacer hincapié en el "decrecimiento". La receta ahora será decrecer, pero no siempre. Fantástica la analogía PIB/peso, muy fácil de entender.

Javier Cantero dijo...

@Replicante: es cierto que en España sólo se crea empleo creciendo por encima del 2,5%. Lo que significa que tenemos que cambiar la forma de crear empleo, y disociarla lo más posible (ideal que fuera completamente) del PIB.

@pepebejar: más que decrecer, lo ideal sería decir que "hay que crecer en salud, no en peso". Que en el terreno de la economía sería conseguir hacer más cosas, con menos.

Javier Cantero dijo...

Para una futura referencia: no sólo no soy el único que piensa que el PIB es un medidor problemático, sino que parece ser que ¡soy el último en enterarse! xD

The Gross Domestic Problem