viernes, noviembre 03, 2006

A vueltas con el pescado

¿Desaparecerán las especies que se pescan hoy en día de aquí a 50 años? Es la Noticia Alarmista del Día™, esa con la que al común de los mortales les gusta echarse las manos a la cabeza y decir que esto se va a ir todo a la mierda, ya te lo dije yo mientras ponen un rictus facial de asco. Mañana será otra*.

Pero como las palabras se las lleva el viento, habrá que mojarse un poco y dejar nuestra opinión sobre el tema en negro sobre blanco (o al menos en #000000 sobre #FFFFFF). Lo peor que puede pasar porque quede registrada es que en el futuro nos la echen en cara, y quedar como unos auténticos panolis**.

Al grano. Si la noticia es cierta***, tengo meridianamente claro qué es lo que habría que hacer en este caso. Otra cosa es que nos guste hacerlo: hay que dejar de consumir pescado salvaje, o al menos hay que minimizar su consumo. Sí, ya, ya, sus propiedades alimentarias, lo bueno que está y lo que queráis. Pero mientras haya demanda, va a haber oferta, aunque sea a través de un mercado negro. Sólo la disminución de la demanda puede traducirse en una disminución de la oferta, y por lo tanto de la captura.

Si la población mundial tuviera que alimentarse con la caza salvaje o con la recolección (salvaje) de frutos, todavía seguiríamos en la Edad de Piedra. La civilización comenzó en el neolítico cuando gracias a la agricultura y la domesticación aprendimos a hacernos "independientes" alimentariamente hablando (lógicamente sólo hasta cierto punto). Pero la fauna marina no ha sido fácil de domesticar, y sólo recientemente se ha ampliado la diversidad de especies que se crían en las piscifactorías. Y aun así, esta sigue sin ser muy extensa...

Por supuesto, el sabor no es el mismo. Tampoco lo es el de esos cerdos blancos de 500 kilos criados sin moverse de su redil, salvo para ir al matadero, comparado con el cerdo ibérico de bellota criado en la dehesa. Ni el del pollo "de granja" (¡Ja!) que compramos, criado en dos semanas, comparado con un pollo de corral. Si lo habéis probado, sabréis de lo que hablo. Incluso en un humilde huevo se nota la diferencia.

Mis padres son de la gente que si van al pueblo, tratan de comprarle huevos a la vecina que tiene gallinas, cosa que por cierto cada vez es más difícil. Son los sabores de su infancia, y los productos que ahora compramos en el supermercado les parecen siempre "industriales" (dicho con un tono despectivo que te hace pensar si no estarás comiendo algún tipo de engrudo gomoso). Pero hasta ellos me tienen que reconocer que simplemente no nos podemos permitir todos los días comer productos "naturales", y que estos son, con suerte, un manjar exquisito que celebrar cuando, muy de cuando en cuando, nos lo podemos llevas a la boca.

Pues si es así con el resto de alimentos, ¿por qué no va a ser lo mismo respecto al pescado?

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* Bendita amnesia que nos proporciona el tubo catódico.
** En cualquier caso, el mundo es de los valientes que manipulan, y no de los cobardes que se dejan manipular. }:-)
*** La noticia es un estudio de la prestigiosa revista 'Science', así que en principio habrá que presuponer que no es puro sensacionalismo barato.

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