viernes, diciembre 29, 2006

Lords of the Earth

"Año del Señor de 1099

El alba despunta sobre un lugar indeterminado de las tierras de Albain. En la distancia, un castillo se recorta en un risco junto al mar siempre embravecido. Apenas se distinguen unas figuras diminutas entre las almenas de la torre del homenaje.


-- ¿Está todo preparado?
-- Según ordenásteis, Majestad -- dijo el hombre haciendo una esforzada reverencia.

Su gordura le impedía ser útil de una forma que hubiera convenido más al Rey Duncan, ahora que su país necesitaba los brazos de todos los hombres para defenderse del invasor. A pe
sar de ello, ahora mismo sus servicios podrían valer más que un centenar de aguerridos hombres de los clanes de las colinas.

-- ¿Llegarán muy lejos esos pájaros? ¿O confio el destino de mi Reino en esperanzas infundadas?
-- Vuestro padre, el Señor lo tenga en su Gloria, mandó traerlas de lejanas tierras para poder emplearl
as en caso de necesidad. No temáis, Majestad, las palomas encontrarán el camino.
-- ¡Más les vale, si no quieren caer en el estómago de algún maldito inglés! --profirió el Rey, y a continuación escupió por el borde para expresar su disgusto-- ¡Venga, suelta a esos pájaros de una vez, que no tenemos todo el día!

El obeso cuidador de las palomas metió las manos en las jaulas, y fue soltando las aves, que ya tenían los mensajes convenientemente atados en sus patas, una a una. Volarían a través de los mares a tierras desconocidas para él, con una importante misión: lograr ayuda para la indefensa Albain."
Con esta intervencion comienza mi periplo en Lords of the Earth en la que se me ha entregado la tutela del Reino de Albain (más conocido en la actualidad como Escocia). En el pasado turno (turno 19), Albain fue atacada a traición por Inglaterra, y su situación es poco menos que desesperada, sobre todo teniendo en cuenta que Albain es el país más débil de Europa, económica y militarmente hablando.

Vaya papelón ¿no? Que va, que va. La situación estratégica lo es todo (no en vano, este es un juego de estrategia). Fijémonos en el mapa...


Situación de Albain al inicio del turno (pulsa para ampliar)
(Nota: Lothian pertenecía a Albain antes del ataque)

¿Como lo véis vosotros? A mi me parecía una situación interesante (al menos entre las que había disponibles :-D). Todo ese montón de relaciones de poder en precario equilibrio, que si se menean en exceso pueden provocar el caos. Tsk, tsk, el Papa no lo permitiría. O:-)

Lords of the Earth
(abreviado normalmente como LOTE) es un juego de estrategia PBM. Bueno, originalmente era PBM (es decir, Play By Mail, jugado por carta), actualmente es mayoritariamente PBEM (Play By Electronic Mail), apoyado generalmente por un foro.

Podría pensarse que es una especie de Risk a escala más grande, pero sería un error. Además de una simulación lo suficientemente conseguida, LOTE pretende un elemento rol del que carecen la mayor parte de los juegos de estrategia. Quiero decir, aparte de tener el típico manual "tocho" tan característico de muchos juegos de rol, de tener un director de juego (Game Master o GM) y de basarse mucho en el azar (tiradas de dados, etc), el eje fundamental del roleo proviene de esas narraciones llamados los Newsfaxes que el GM publica con los sucesos acontecidos a los diferentes paises durante el turno (y que los jugadores luego pueden emplear con el resto para rolear, introduciendo nuevos elementos en la narración histórica alternativa). Es por ello que LOTE queda a medio camino entre la estrategia y el rol.

La única pega que le veo proviene del hecho de tener que gestionar un juego tan complejo y con tantas posibilidades. Un GM normal puede tener que dedicarle entre 60 y 120 horas a corregir un turno (eso a pesar de usar alguna herramienta automática). Añadido al resto de tareas, significa que de turno a turno puedan transcurrir fácilmente de mes a mes y medio. Los jugadores de estrategia suelen ser pacientes --la planificación suele contarse entre sus virtudes deseadas-- pero tal vez haya a quien le parezca excesivo. Por cierto, LOTE fue originalmente diseñado como juego de pago --para compensar el trabajo y el correo enviado por el GM-- y muchas partidas lo son.

Continuará...

domingo, diciembre 24, 2006

Cuento de Navidad

Erase una vez un viejo abuelito cascarrabias. El abuelito no era malo, sólo un poco gruñón y --como su nombre indica-- cascarrabias.

Un día el viejo abuelito cascarrabias se dió cuenta que era Navidad: un tiempo de alegría, felicidad y buenos sentimientos. Y pensó que por un día podría dejar de ser cascarrabias.

Luego miró a su alrededor y vió que los mismos que durante el resto del año se dedicaban a insultarse, zancadillearse, despreciarse y aborrecerse, ahora intercambiaban cumplidos, felicitaciones, palabras llenas de buenos deseos, regalos y parabienes, y se obligaban todos a estar alegres y felices, porque era Navidad y por lo tanto era tiempo de alegría y felicidad.

El viejo abuelito decidió en ese momento que no estaba dispuesto a comportarse como todos esos hipócritas. Y así fue que el día de Navidad el viejo abuelito cascarrabias también fue --como el resto del año-- un cascarrabias.

Moraleja: cualquier historia es una sucesión de hechos fortuitos, y en el universo ocurren decillones de ellos cada segundo. Pretender que cierta cadena casual de acontecimientos --un cuento-- determine el comportamiento y la conducta de millones de personas --una moraleja-- es de petulantes.


Y ahora mi escasamente ortodoxa felicitación: recibe esta Navidad la misma felicidad que repartiste durante el resto del año, y recoge en el 2007 la cosecha de prosperidad que labraste durante el 2006.

Y en cualquier caso, que la Fuerza --si eres de religión Jedi--, el Monstruo Espaguetti Volador --si eres pastafarista-- u Om --si eres Omniano--* os protejan de toda desgracia.

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* En Dando vueltas y más vueltas somos sensibles a todas las religiones. Bueno, al menos a todas las mayoritarias.

sábado, diciembre 23, 2006

Publicación bajo demanda Extrema: la máquina que vendía libros

El riesgo que tienes cuando pides un deseo... ;-)

Imagina una libreria sin libros, sólo índices electrónicos en pantallas de consulta. El comprador llega, elige (entre una cantidad imposible por otros medios) el libro que quiere, y se lo lleva en una hora.

[...] sino en un simple conexión a internet donde la tienda descarga el ebook deseado, previo pago a quien sea*, lo imprime en una impresora especial capaz de encuadernar, y listo. Se lo lleva calentito.

Hoy leo en Slashdot: Máquina de Vending para libros para el próximo año.

La máquina se llama Espresso Book Machine, cuesta unos 50.000 dólares, y es capaz de imprimir y encuadernar un libro de hasta 550 páginas en 7 minutos. El catálogo inicial consta de 2,5 millones de libros, muchos de ellos obtenidos a través de Google Books y Open Content Alliance. Se calcula estimativamente el coste de un centavo de dólar por página.

Estas máquinas empezarán a funcionar en 25 librerías y bibliotecas (incluyendo la Biblioteca Pública de Nueva York) en el 2007, aunque ya hay un par --una en el Banco Mundial y otra en la Biblioteca de Alejandría-- en pruebas. Podéis verla en acción en este video de propaganda (formato Quicktime).*

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* vista "escacharrá" no parece tan impresionante. O:-)

jueves, diciembre 21, 2006

Revista Hélice y crítica

Leo en en Reflexiones de un Aburreovejas acerca de la aparición de la revista Hélice "nueva revista bimestral en PDF, de descarga gratuita, iniciativa de la Asociación Cultural Xatafi", dedicada a "abrir un espacio en castellano para la crítica seria y rigurosa en la literatura fantástica y la ficción especulativa". La podéis descargar desde su web revistahelice.com.

Bastante pertiente, ya que si recordáis, no hace no mucho tiempo tuvimos una discusión bastante larga en el propio blog de Nacho a cuenta de las revistas especializadas. Sigo manteniendo que en Internet es Donde Hay Que Estar™ al menos de momento (donde Haya Que Estar™ el día de mañana se lo dejo a los escritores de CF ;-) ).

La revista trae una reflexión sobre el (supuestamente denostado) ejercicio del crítico y la labor de la crítica. En mi habitual línea de Meter El Dedo En El Ojo Ajeno™, y a modo de clip, incluyo aquí el comentario que he puesto:

Comentario con clip para que no se pierda en el ciberespacio...

Y ya metidos en harina, respecto a la apología sobre la labor del crítico, no hay que perder nunca de vista que no es una actividad literaria de por sí, sino que tiene un objetivo: servir de guía al lector*. La crítica no es tanto decir si una obra es "buena o mala" como ser capaz de transmitir al lector de la reseña si la obra objeto de la misma le puede merecer la pena/agradar o no (y hacerlo sin reventarla, claro), además de valorar sus virtudes/defectos literarios.

Puede parecer un criterio "utilista", pero como lector es lo que aprecio de una crítica: que sea capaz de tomar una decisión sobre la obra a partir de ella. No me importa que el crítico no coincida para nada con mis gustos. Lo que me interesa es que su referencia sea siempre consistente. El bias que haya que "corregir" entre él y yo ya me encargaré personalmente de hacerlo. O:-)

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* Por lo menos, si es un tipo de crítica orientada al lector. Si es un tipo de crítica orientada al experto, supongo que esas cuestiones ni se tienen en cuenta. Pero no creo que sea el caso ¿no?

Añadiría que los críticos no necesitan tener que justificar su labor. Para eso son críticos... };-)

domingo, diciembre 17, 2006

CC+4, ¿de donde venimos y por qué estamos aquí?

Aprovechando el 4º aniversario de Creative Commons, y como parece que últimamente está de moda hablar mal de estas licencias, voy a romper mi pequeña lanza a su favor y de paso a trollear un rato. Así que me pongo mi traje inífugo, y vamos a ello, que ya llevo mordiéndome la lengua unas cuantas veces y tenía ganas.

Pero antes, quiero hacer un pequeño repaso a "¿de donde venimos?" y "¿por qué estamos aquí?".

El 17 de diciembre de 2002 (es decir, hace hoy exactamente 4 años) publiqué en libertonia una noticia titulada Construyete una licencia a medida. Entonces CC sólo era un incipiente proyecto del que únicamente conocíamos el carácter específico de poder adaptar la licencia a tus gustos/necesidades. Y ni siquiera en eso era realmente novedoso, ya que la Open Music License (una licencia alemana usada en una recopilación de temas musicales para la LinuxTag 2001) ya incluía tres versiones, la "red", "yellow" y "green"*, cada una concediendo más derechos que la anterior, siendo el primer conjunto de licencias "graduadas" --que yo conozca.

Ello no fué obstaculo para que CC pronto se consolidara en la blogosfera, incluida la hispana (ver por ejemplo esta crónica de Cthunga de marzo de 2003). Por aquel entonces yo estaba interesado en la licencia OpenContent , pero el autor de la misma abandonó el proyecto en favor de las CC, y para mí eso fué el espaldarazo definitivo: el 1 de julio de 2003 publicaba una entrada titulada OpenContent cierra, ¡viva Creative Commons! (algo se puede ver desde aquí) y que venía a ser un "a rey muerto, rey puesto".

Desde entonces he hablado mucho de Creative Commons, y he hecho mucha advocacy CC-era. No sé si con algún resultado, pero yo la he hecho por convicción. ¿Por qué? Bueno, para responder a eso tendremos que hacer un nuevo flashback...

En la época de los dinosaurios... ¡perdón! En la época de los HOWTOs y las FAQ de Linux, y del Linux Documentation Project (ni siquiera estaba donde está ahora), publicabamos nuestros documentos sobre software libre bajo la GPL. Sí, éramos así de brutos: utilizábamos una licencia que hablaba de "codigo fuente", "ejecución", "código objeto" "enlace con bibliotecas" para licenciar un texto, cuando, si lo piensas fríamente, no tiene sentido alguno. En nuestro descargo diré que entonces no había mucho más donde escoger y nos apañábamos con cualquier cosa (y la licencia original del LDP dejaba mucho que desear --luego la cambiaron). Mientras tanto, esperábamos el maná en forma de "nueva licencia de documentación del proyecto GNU".

Cuando al fin apareció la GFDL, las cosas no se aclararon. Para empezar, la GFDL reconocía unas secciones invariantes sujetas a copyright separado, una cesión a lo que esperaban fuera el apoyo de O'Reilly --y probablemente otras editoriales-- a la licencia. La idea de estas secciones invariantes era que defendieran la propiedad de la portada y contraportada** , pero en ningún momento se determinó durante cuanto podrían extenderse dichas secciones. Este asunto ha seguido coleando hasta nuestros días, y por ejemplo Debian no considera la GFDL como una licencia admisible en su parte libre.

Pero tal vez más importante era que la GFDL era una licencia pensada sobre todo para la documentación técnica. O, al menos, para trabajos escritos que necesitan ser alterados para actualizarse, etcétera. Pero eso dejaba fuera a muchos que simplemente consideraban que era una cesión excesiva para cierto tipo de obras. Por ejemplo, si escribo un artículo de opinión, yo considero un derecho mío como autor que dicho artículo permanezca incólume. No es una cuestión de libertad, es una cuestión de que no se manipule lo que yo escribo. Si tú tienes una opinión diferente, puedes escribir artículo con opinión, incluso citándome donde lo creas conveniente. Pero no pongas en mi boca cosas que yo no he dicho.

La GFDL además se limitaba a documentación (es decir, a trabajos escritos), con lo que dejaba fuera todo una incipiente producción libre (música, imágenes, etc) que empezaba a eclosionar. A los que buscaban licencias de textos más adecuadas con su forma de pensar más los que buscaban licencias para otro tipo de material, y así empezaron a surgir multitud de iniciativas y licencias de todos los gustos y pelajes, más libres, menos libres, y mediopensionistas, de todos los colores y naciones. Una fiebre de licencias recorrió el mundo. Y fruto de su diversidad, la mayoría de ellas se me mezclaban mal.

También hay multitud de licencias de software libre, pero el tiempo y/o la selección natural ha aupado a unas cuantas al podium: la GPL, las estilo BSD/MIT, la Apache. Y entre todas esas, la primera es la que más peso tiene con diferencia. Pero fuera del software, aquello era un reino de taifas que no conducía a ninguna parte. Y en esas, aparece Creative Commons.

La virtud de Creative Commons fue precisamente la de intentar sumar, en vez de "forjar un anillo para dominarlos a todos". Había una disparidad de opiniones y de sensibilidades distintas que satisfacer, que habían provocado la fragmentación licenciticia, y CC se proponía como un paragüas bajo el que pudieran guarnecerse un buen grupo de personas que le pedían a una licencia cosas ligeramente diferentes (y en algunas ocasiones, contrapuestas). Y así nacieron las CC, que no son una, sino muchas mellizas.

Cuatro años después, se oyen voces que claman que Creative Commons no es copyleft. Para empezar copyleft es un concepto ambiguo, una especie de broma convertida en algo serio, y según a quién le preguntes te lo definirá de diferentes maneras. Tampoco es que Creative Commons se haya vendido como "la licencia copyleft", y eso que hay dos de sus licencias que pocos dudarían en calificarlas como tal. El mantra de Creative Commons siempre ha sido el de "algunos derechos reservados", no el de "ningún derecho reservado". Es más, eres tú el que activamente escoges los derechos que te guardas, si es que quieres guardarte alguno.

Y esto es, en mi opinión, lo más importante de las licencias: que uno se hace responsable ante los demás sobre su relación con ellos. Si no le gusta que hicieran un uso comercial sin su consentimiento de la obra en cuestión, lo pone de manifiesto abiertamente. Si no quiere obras derivadas sin control, lo dice. Y se atiene a lo que ha dicho. No hay nada más vergonzoso que esos giros de 180º justificándose en "es que yo no sabía que esto era así". Y que conste que con las propias CC ha pasado varias veces, lo cual demuestra la ligereza con que se toma un tema tan serio con el de las licencias, que en definitiva se reduce a una cuestión de respeto a una persona que es el autor.

Además, a pesar de lo que pudiera parecer, una licencia cc-nc-nd (no comercial, no derivados), que se podría considerar como la más restrictiva de las CC, y que muchos claman que no es una "licencia libre" y patatín y patatán, es una licencia que está a años luz de una licencia copyright. No sólo se puede distribuir libremente, razón por la cual archive.org y otros muchos sitios te harán réplicas o te permitirán alojarla sin problemas, sino que se permiten realizar compilaciones (en este caso no comerciales) de obras.

También se salvaguardan ciertos derechos de los lectores (por ejemplo, a guardar una copia de lo que han leído, e incluso a redistribuirla), sin que éstos puedan revocarse. Imaginaros que por ejemplo el periódico gratuito 20 minutos, que se distribuye bajo licencia CC, pasara a ser cerrado y de pago. Pues bien, todo el material que estuviera bajo licencia CC y que tuviéramos guardado no sólo podríamos intercambiarlo, sino que incluso podríamos publicarlo nuevamente en la web sin posibilidad de que 20 minutos pudiera impedírnoslo. Es más, si fuéra más rápida la noticia que el hecho, alguien podría replicar toda la web completa antes del cierre y ponerla de nuevo online en otro sitio ¿No es esa una libertad que merezca la pena preservar? Pues es algo que garantiza hasta la considerada más "pérfida" de las licencias CC.

La otra gran crítica de estos días se centra en un aspecto mucho más técnico, y hace referencia la la validez de las licencias CC bajo el ordenamiento jurídico español. Hay que decir que en su día el grupo de CC-es hizo un trabajo de adaptación de las licencias a nuestra legislación, y si bien es cierto que las licencias provienen del mundo anglosajón, que históricamente han seguido un camino diferente en cuestiones jurídicas del recorrido por las culturas herederas del derecho romano (como la española), también hay quien considera que las licencias CC son legales en España.

Pero yo no me voy a meter en asuntos técnicos legalistas, que ni me competen ni me interesan. Lo que quiero es recordar es el de donde venimos y el por qué estamos aquí (que para eso me he molestado en escribir la parrafada): por el caos de licencias que existía previamente. Muchos renunciaron a su "fulanito license", y lo hicieron por una razón[3]: porque "homologar" sus licencias les permitía una mayor capacidad para mezclar sus obras con las de otros (al menos entre aquellas versiones de la CC que tienen elementos compatibles). También nos permite una defensa conjunta de las mismas (¿te imaginas llevando al juzgado una presunta violación de "fulanito license", otro de "menganito license" y un tercero de "zutanito license"?), y también es importante porque establece un "lenguaje común" alrededor de las licencias[4].

Vivimos en un mundo globalizado en el que sin embargo barreras legales cada vez más artificiales nos separan, cuando nuestra conciencia común avanza en el sentido contrario. Creative Commons es un proyecto que ha nacido dentro de esa conciencia de "aldea global", y ello se refleja en su vocación internacional y su sensibilidad hacia la adaptación y localización de sus licencias a cada jurisdicción. Queremos unas licencias universales, queremos unas licencias colectivas, queremos unas licencias poderosas. No queremos un sucedáneo "made in spain" y otro "made in taiwan" y otro más por cada país, region, nacionalidad, comunidad autónoma, federación, condado o villorrio, sólo porque a algunos les guste hacer de la legislación un "hecho diferencial".

Si cuesta adaptar las CC se le dedica más tiempo. Y si hace falta, se adapta la propia ley ¡que cojones! Pero proyectos al estilo de Colorius (por mucho respeto que me pueda merecer el señor Pedro J. Canut) y similares no son aceptables como alternativa. No son más que parches, remedos que no llevan a ninguna parte. Todo lo que sea fragmentar es un paso atrás. Es dejarnos de nuevo aislados del resto de la corriente liberadora que circula por el resto del mundo.

¿Voy a dejar de leer un texto, escuchar una música o ver una película que tienen el consentimiento (incluso podríamos decir que el deseo) del autor --imaginemos que es anglosajón-- por que lo haga, porque algún abogado diga "¡¡Norrrrlll!! ¡¡ Esa licencia no es aceptable según nuestra legislación PLGDMM[5]"?. Pues eso para mí es inadmisible. Y es al final lo que se está diciendo cuando se acusa a las CC de ser inválidas en España, no sólo al hecho de si podemos licenciarlas los de aquí con CC o no. El que quiera trabajar en sus sistema de licencias es muy libre de hacerlo, pero EMNTHO[6] sólo pierde el tiempo él y nos lo hace perder a los demás, cuando hay cosas más importante que hacer.

En definitiva, que parece que cada vez hay más gente que se deja arrastras por la moda de despreciar las licencias Creative Commons, olvidando con ello dos de sus grandes logros: el que sea capaz de aglutinar a gente tan dispar bajo una misma bandera, y el que nos haga valorar lo que los demás nos conceden a través de lo que nosotros somos capaces de conceder. Que no es poco.

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* o sea, rojo, amarillo y verde
** las portadas de animales de O'Reilly son su "imagen de marca" y algo a lo que seguramente no estaba dispuesto a renunciar
[3] realmente por dos razones, y es que es preferible confiar en un experto en derecho de autor e IP como Lawrence Lessig a la hora de redactar una licencia
[4] y si no me crees, piensa que este texto lo he licenciado bajo "zutanito license" :-P
[5] Por La Gloria de Mi Madre
[6] En Mi No Tan Humilde Opinión

jueves, diciembre 07, 2006

Todo depende del color del cristal

Nota: comentario reciclado a entrada de bitácora.

Recuerdo una versión de "libro de a duro" de "Estrella Doble" de Heinlein (creo recordar que la editorial se llamaba Cenit) que era tan penosa que llamarlo libro era un insulto para el resto de los objetos que reciben ese nombre. No sólo la traducción era bochornosa rozando lo ridículo, sino que ni siquiera estaba bien guillotinado el papel. Una auténtica chapuza.

Pues bien, estaba dispuesto a condenarlo al contenedor de reciclaje, pero me dió por ofrecerlo (avisando de su estado) junto con otros en en el foro de compra-venta de Cyberdark. Cual no fue mi sorpresa que lo vendí casi al instante. Le había puesto un precio de 3 euros (lo mismo que me habían cobrado a mí en un puesto de libros de segunda mano). Intenté dejar bien claro al comprador qué se estaba llevando, pero no sólo lo sabía perfectamente (era coleccionista de ese tipo de libros), sino que me confesó que hubiera pagado mucho más por hacerse con él. 8-O

En ese mismo paquete de ventas se llevaron un "Cantico por Leibowitz" (no el de Nova) bastante barato --pero que no estaba en muy buen estado-- y "Misión de gravedad" de Hal Clement, éste si en Nova. Y no me duele en prendas confesar que si lo vendí fué por los precios que se estaban pagando (lo puse a 25€ y me lo quitaron de las manos). No sé si lo volverán a reeditar, pero yo no soy excesivamente fetichista, y una vez leído y disfrutado, por ese precio lo vendo sin dudarlo y sin remordimientos.

lunes, diciembre 04, 2006

Viajando atrás en el tiempo

Con la Wayback Machine hasta jcantero.org. Por desgracia, la memoria de la maquina no es perfecta, y no he sido capaz de encontrar lo que estaba buscando. Pero si a alguno le interesa leer las tonterías que escribía de finales de 2001 a finales de 2003 (bastante parecidas a las de ahora), ahí están (al menos, las entradillas).

Todavía sigo esperando la oportunidad de recuperarlo. Pero cada vez me da más impresión que a este paso este blog transitorio va terminar siendo provisional para siempre. :-/

domingo, diciembre 03, 2006

Wikipolémicas (VIII)

Volvemos al asunto de la relevancia, esta vez de la mano del Washington Post, (via Slashdot) aunque ellos lo llaman 'notabilidad', ya que el artículo se refiere fundamentalmente a personas. Pero la cuestión es la de siempre, ¿qué cabe y qué no cabe en la Wikipedia? Pues los Wikipedistas de la en:WP parece que tienen criterios definidos:

Los músicos y bandas deben haber sido listados en "alguna lista nacional de éxitos de un país de tamaño medio o grande", o lanzados "dos o más álbumes de un de las grandes discográficas o un álbum de las sellos independientes más importantes" o "ser objetos de una emisión de media hora o más en una cadena nacional de radio o televisión". Los políticos deben haber recibido "cobertura informativa significativa", mientras que las figuras deportivas deben haber competido en "ligas completamente profesionales" o "en el máximo nivel de deportes amateur".
Pero pasa lo de siempre. Cualquier "nota de corte" es percibida como injusta por los que no la superan y se quedan fuera.

sábado, diciembre 02, 2006

Leído: La nave de un millón de años

En una conversación ayer mi amigo Andoni decía de mí "Javier tiene un blog que habla de libros", a lo que yo respondí "No es cierto, hablo de muchas cosas".

Naturalmente que hablo del libros, pero también me da por hablar de televisión, de cine, de juegos y de temas de lo más variado. De hecho, esto a veces se parece a un pequeño cajón de sastre (más bien, desastre). Pero es cierto que hace tiempo que no hago una reseña de ningún libro leído (aunque al final de este mes no faltará mi resumen anual).

Así que me aprovecho que me ha dado por escribir un comentario sobre La nave de un millón de años de Poul Anderson para reciclarlo aquí, y así hago doblete con el mismo esfuerzo:

Nota: comentario reciclado a entrada de bitácora.

La historia tiene dos partes diferenciadas. La primera la podríamos llamar "¿Estoy yo solo o hay alguno más?" Con la excusa, el autor nos va metiendo en diversos escenarios históricos, pero lo que es la idea de foto se hace un poco repetitiva, y por lo tanto cansina.

Cuando más o menos se va llegando a la época actual, y la cosa parece animarse un poco, de repente hay un salto al futuro, y la novela cambia completamente. Podríamos titularla "¿Por qué estamos aquí?" Pero la verdad, me parece que ni el propio Anderson sabe responder a esa pregunta, porque no sabe cómo seguir con el argumento, y aquello desemboca en una historia de amistades. Un poco más y nos endilga los "Friends" del espacio.

En resumen, un planteamiento atractivo que el autor no ha sido capaz de cuajar en una buena novela. No porque no esté bien escrita (algunos de los relatos como unidades independientes me parecen notables), sino porque el autor no parece saber en ningún momento exactamente a donde quiere ir a parar.