sábado, julio 25, 2009

Democracia directa y Gobierno 2.0

Una de las utopías planteadas ante la universalización de las redes de comunicación es la de la democracia directa. Por democracia directa se entiende un poder legislativo (parlamento) formado por todos los ciudadanos mayores de edad, que votan por ellos mismos las diferentes propuestas legislativas que se fueran planteando, en vez de votar cada 'x' número de años a unos representantes (políticos) que fueran los encargados de realizar esta labor en su nombre (llamada democracia representativa).

Aunque fuera técnicamente posible, la democracia directa tiene un gran inconveniente, que podría resumirse en esa famosa cita de Homer Simpson: "Si elegimos a los políticos es para no tener que pensar todo el tiempo": el desinterés. Países con fuerte tradición en organizar referendums encuentran que la participación de los ciudadanos es decreciente, salvo en temas especialmente controvertidos. ¿Cómo hacer recaer el peso de tomar muchísimas decisiones, en ocasiones tremendamente complejas, en una mayoría de personas sin información suficiente, tiempo ni ganas para tomarlas? A lo que llevaría un sistema así sería a la demagogia barata, los eslóganes fáciles (pero imposibles de poner en práctica) y a la trivialización de los temas. Que es lo que vemos que ocurre en los nuevos medios de participación masiva mediante el voto (como digg/menéame/etc): un titular llamativo, una proclama, una frase fácil o una perogrullada son votadas masivamente, independientemente de que realmente sea exagerada, sacada de contexto o directamente mentira.

Por otro lado, tenemos el concepto de la web 2.0 aplicado a la política y al gobierno, denominados política 2.0 (que se define como "herramienta para sustentar la participación e interacción de los votantes y los políticos") y el gobierno 2.0 ("proporcionar un proceso más efectivo de los servicios del gobierno a los individuos y empresas mediante el uso de las redes sociales y demás ventajas proporcionadas por herramientas participativas de la web 2.0"). Podríamos hacer una buena distinción definiendo la política 2.0 como la aplicación de la web 2.0 a la democracia representativa (democracia indirecta) mientras que el gobierno 2.0 sería la aplicación de la web 2.0 a la democracia directa. En el primer caso, la política sigue encauzada a través de unos representantes profesionales (los políticos) que se encargan de la tarea de gobernar, pero ahora con un mayor acercamiento e influencia de los representados a los representantes. En el segundo caso, estos representantes profesionales no tienen un papel tan obvio, y no tienen ni siquiera por qué existir (!).

Pero una cosa es la teoría, y otra muy diferente es la práctica. Por mi experiencia en sitios sociales participativos de cierta influencia, me atrevería a decir que lo que está pasando es lo siguiente:

  1. La influencia es ejercida por pequeños grupos muy vocales. Esto se deriva tanto de la regla 90-9-1 de Jacob Nielsen (90% de los usuarios sólo escuchan, nunca participan; 9% de los usuarios paticipan un poco; y el 1% de los usuarios son los que llevan el peso de la participación) como del efecto "scratching a developer's itch"* por el cual sólo participan en los debates aquellos que están interesados en el tema en cuestión, mientras el resto de los usuarios o bien se dedican a mirar, o bien simplemente pasan del tema a otros de su interés. Esto lleva a que en la política 2.0, pequeños grupos tengan una fuerte influencia sobre los políticos, ya que sus opiniones son apercibidas como mayoritarias (cuando no tiene por qué ser así).
  2. Debido al punto 1, se establecen fuertes luchas entre grupos de intereses contrapuestos, que son los que pueden dedicar tiempo y recursos (y están fuertemente motivados) a defender su influencia en los temas que les tocan.
  3. La partitocracia entra también en este juego, ya que la influencia puede utilizarse como arma propagandística y electoral. Y no sólo se limitan a crear sus "fuerzas de choque", sino que "reclutan" otros grupos de intereses para su causa (a veces sin que éstos se den cuenta, o que simplemente les dé igual que se les utilice, mientras reciban más apoyos para su causa).
Parafraseando a Von Clausewitz, la política 2.0 se convierte en la continuación de la política por otros medios. Y en este caso estoy usando 'política' en un sentido peyorativo: como todas aquellas prácticas y actitudes que están convirtiendo a los políticos actuales en las figuras más denostadas de todas las existentes en una sociedad moderna. No me refiero sólo a la corrupción, el nepotismo, el enchufismo o la megalomanía, sino a poner los intereses electoralistas, partidistas y de adquisición de poder por encima de los intereses de los propios representados, fuente y origen de todos los males anteriores y algunos más.

En este sentido el gobierno 2.0 y el "open goverment" transcienden a la política 2.0. Lo que se pretende con el gobierno 2.0 es que los ciudadanos participen en la tarea de gobernar, es decir, en la toma de decisiones ejecutivas, no en las legislativas. Y para ello necesitan:
  • Información, datos, sobre los que tomar las decisiones. Y estos datos no pueden estar manipulados, por eso la base del gobierno 2.0 es la transparencia (es la única forma de luchar contra las campañas de desinformación que van a tratar de realizar siempre los lobbys y grupos con intereses en esas decisiones).
  • Herramientas que les permitan visualizar, tratar y ayudar a extraer decisiones eficientes de los datos crudos anteriores. Estas herramientas también deben ser abiertas y transparentes, además de modificables para que cualquiera que lo desee pueda extenderlas o ampliarlas a su gusto.
Todo esto que puede sonar a ciencia-ficción, en realidad se está empezando a hacer ya en Estados Unidos, con iniciativas como data.gov, un sitio que pretende servir de plataforma de todos los datos de las agencias gubernamentales sobre los que construir aplicaciones, o recovery.gov, que sirve como punto de control (transparencia) de dónde y cómo se están gastando los fondos del programa de recuperación económica iniciado por el gobierno Obama. Recientemente la FCC ha lanzado el sitio web broadband.gov para que los estadounidenses participen en el proceso de creación de un programa que lleve la banda ancha a todo el país. Y no son sólo es EE.UU., también Canadá ha anunciado que consultará a sus ciudadanos a través de un sitio web sobre la reforma de las leyes del Copyright, iniciativa a la que los ciudadanos ya se han sumado con sus propios proyectos participativos.

Las iniciativas de gobierno 2.0 tampoco están exentas de la regla 90-9-1 o el efecto "scratching one's itch", así que es muy probable que los ciudadanos que participen activamente sean minoría, y los que lo hagan sea en lo que entre dentro del área de sus intereses o de la que sea "experto". Que por otro lado, van a ser los que mejor van a poder usar la información disponible para llegar a los resultados más óptimos. En cierta manera, se estaría formando una especie de tecnocrácia o gobierno real de los técnicos (ya hablamos tangencialmente por aquí sobre si era posible un gobierno de tecnócratas) que son los que podrían debatir y presentar propuestas informadas y basadas en los datos, y no en soflamas fáciles y demagogia de salón. En ese sentido, el papel de los políticos como gobernantes profesionales que no saben de nada excepto de la guerra ideológica quedarían bastante en entredicho, ya que las decisiones estarían basadas en cuestiones pragmáticas más que ideológicas, y su rol obsoleto. No digo que no existieran políticos, sino que la política en un área sería una actividad más que llevarían las personas que se encuentran en ese área, y sólo cuando hubiera que coordinar intereses contrapuestos entre diversas áreas entrarían en funcionamiento corrientes de opinión más generales.

Claro que eso más que democracia, sería la República de Platón, el gobierno de la "aristocracia" (aristos = los mejores, los más cualificados). Claro que, tampoco se puede decir que lo que tengamos ahora sea realmente una democracia. Ni siquiera que la democracia sea el gobierno ideal. Como decía Winston Churchill, la democracia sólo es el menos malo de los formas de gobierno que conocemos.

Si te interesa profundizar en los conceptos de gobierno 2.0 y open goverment, una buen punto de entrada puede ser los hashtags de Twitter #gov20 y #opengov. También el twitter de Tim O'Reilly que está muy interesado e implicado en ello, puede servir de buen punto introductorio.

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* una expresión que usa Eric S. Raymond en sus escritos sobre software libre, y que se refiere a que un programador"se rasca lo que le pica", es decir, programa según sus necesidades y motivaciones personales.

7 comentarios:

Fran dijo...

El desinterés no es necesariamente una desventaja. Por ejemplo, si hay que votar los impuestos sobre un tipo de fertilizante, está justificado tener desinterés si se sale del area de experiencia de un individuo y dedicarle tiempo a ese tema sería impráctico.

Lo importante es que la capacidad de reacción siempre está disponible. Si hay un motivo para pensar que algo no se está haciendo bien, la rentabilidad de informarse y participar aumenta.

Por otro lado, la mejor forma de aplacar la tiranía de las masas es evitar que toda la política dependa de una única y simple decisión.

En la actualidad con hacer partidismo una vez cada cuatro años es suficiente para sufrir durante todo ese periodo las consecuencias de una estrategia demagógica. Parafraseando el dicho, puedes engatusar a mucha gente durante poco tiempo (lo que dura una campaña electoral), pero no puedes engatusar a mucha gente todo el tiempo.

Hay un sistema que a mí me resulta muy atractivo para implementar la democracia directa que estaría inspirado en el que usó la NASA para marcar cráteres en fotografías de Marte. El sistema compara tu serie de decisiones con los resultados finales y pondera el peso de tus contribuciones según si parece que estás votando al azar o si tus predicciones son muy acertadas. Un lobby que intentara con éxito ocasional desviar los resultados terminaría perdiendo influencia.

Javier Cantero dijo...

Es interesante ese sistema que comentas Fran. Aunque lo de "si parece que estás votando al azar o si tus predicciones son muy acertadas" me ha recordado una charla del TED donde comparan lo que saben unos expertos en la materia con... bueno, mejor que lo veas tú mismo, a ver que te parece. xD

Javier Cantero dijo...

(Se me ha olvidado decir que el trozo al que me refería está entre 1:30 y 2:15 aproximadamente)

Idoia LLano dijo...

Hola Javi yo diría que estas características que tú mismo mencionas y que te copio no se han dado en la polémica sobre La Ley de Economía sostenible y que por lo tanto nos hemos quedado en politica 20
* Información, datos, sobre los que tomar las decisiones. Y estos datos no pueden estar manipulados, por eso la base del gobierno 2.0 es la transparencia (es la única forma de luchar contra las campañas de desinformación que van a tratar de realizar siempre los lobbys y grupos con intereses en esas decisiones).
* Herramientas que les permitan visualizar, tratar y ayudar a extraer decisiones eficientes de los datos crudos anteriores. Estas herramientas también deben ser abiertas y transparentes, además de modificables para que cualquiera que lo desee pueda extenderlas o ampliarlas a su gusto.

Por otro lado Javi, tal y bcomo Tim O´Reilly comenta la Plataforma Gobierno 2.0 supone ( tú también lo comentas ): Voluntariedad ( Directiva del O Gov en EEUU), Datos públicos accesibles y reutilizables e interacción con el gobierno de la ciudadanía en condiciones no representativas forzosamente sino directas a trevés de medios como internet.
No he visto estos requisitos. Más bien he visto ciudadanía enitiendo su opinión porque así lo ha decidido. No ha habido un proceso explicito de cogobierno, ni mucho menos¡

Javier Cantero dijo...

No, no, Idoia, claro que no lo ha habido. Me refería al texto de J.A. del Moral. Por ejemplo:

Su resistencia es inútil, puesto que la evolución nos lleva hacia una democracia tan directa en la que los medios y los políticos probablemente perderán ese valor de intermediario que tradicionalmente han tenido.[...] Cada día hará menos falta militar en un partido para hacer política, hasta que llegue un momento en que podamos prescindir completamente de esas estructuras antiguas,

Como digo al principio del texto, la Política 2.0 es la web 2.0 aplicada a la política. Cambia la forma de actuar los políticos, pero no desaparecen éstos como intermediarios del poder. Cuando se habla de sobrepasar esas estructuras (hacer a los políticos innecesarios) ya no hablamos de Política 2.0, sino de Gobierno 2.0. De ahí, mi comentario en Twitter. Que no era más que ser puntilloso con los términos (sí, lo sé, soy pedante :-) )

Idoia LLano dijo...

Pues encantada con la pedantería. He aprendido y me gustan las explicaciones bien referenciadas¡ Muchas gracias¡

Javier Cantero dijo...

Gracias a tí por tus comentarios e interés. :-)