domingo, diciembre 17, 2006

CC+4, ¿de donde venimos y por qué estamos aquí?

Aprovechando el 4º aniversario de Creative Commons, y como parece que últimamente está de moda hablar mal de estas licencias, voy a romper mi pequeña lanza a su favor y de paso a trollear un rato. Así que me pongo mi traje inífugo, y vamos a ello, que ya llevo mordiéndome la lengua unas cuantas veces y tenía ganas.

Pero antes, quiero hacer un pequeño repaso a "¿de donde venimos?" y "¿por qué estamos aquí?".

El 17 de diciembre de 2002 (es decir, hace hoy exactamente 4 años) publiqué en libertonia una noticia titulada Construyete una licencia a medida. Entonces CC sólo era un incipiente proyecto del que únicamente conocíamos el carácter específico de poder adaptar la licencia a tus gustos/necesidades. Y ni siquiera en eso era realmente novedoso, ya que la Open Music License (una licencia alemana usada en una recopilación de temas musicales para la LinuxTag 2001) ya incluía tres versiones, la "red", "yellow" y "green"*, cada una concediendo más derechos que la anterior, siendo el primer conjunto de licencias "graduadas" --que yo conozca.

Ello no fué obstaculo para que CC pronto se consolidara en la blogosfera, incluida la hispana (ver por ejemplo esta crónica de Cthunga de marzo de 2003). Por aquel entonces yo estaba interesado en la licencia OpenContent , pero el autor de la misma abandonó el proyecto en favor de las CC, y para mí eso fué el espaldarazo definitivo: el 1 de julio de 2003 publicaba una entrada titulada OpenContent cierra, ¡viva Creative Commons! (algo se puede ver desde aquí) y que venía a ser un "a rey muerto, rey puesto".

Desde entonces he hablado mucho de Creative Commons, y he hecho mucha advocacy CC-era. No sé si con algún resultado, pero yo la he hecho por convicción. ¿Por qué? Bueno, para responder a eso tendremos que hacer un nuevo flashback...

En la época de los dinosaurios... ¡perdón! En la época de los HOWTOs y las FAQ de Linux, y del Linux Documentation Project (ni siquiera estaba donde está ahora), publicabamos nuestros documentos sobre software libre bajo la GPL. Sí, éramos así de brutos: utilizábamos una licencia que hablaba de "codigo fuente", "ejecución", "código objeto" "enlace con bibliotecas" para licenciar un texto, cuando, si lo piensas fríamente, no tiene sentido alguno. En nuestro descargo diré que entonces no había mucho más donde escoger y nos apañábamos con cualquier cosa (y la licencia original del LDP dejaba mucho que desear --luego la cambiaron). Mientras tanto, esperábamos el maná en forma de "nueva licencia de documentación del proyecto GNU".

Cuando al fin apareció la GFDL, las cosas no se aclararon. Para empezar, la GFDL reconocía unas secciones invariantes sujetas a copyright separado, una cesión a lo que esperaban fuera el apoyo de O'Reilly --y probablemente otras editoriales-- a la licencia. La idea de estas secciones invariantes era que defendieran la propiedad de la portada y contraportada** , pero en ningún momento se determinó durante cuanto podrían extenderse dichas secciones. Este asunto ha seguido coleando hasta nuestros días, y por ejemplo Debian no considera la GFDL como una licencia admisible en su parte libre.

Pero tal vez más importante era que la GFDL era una licencia pensada sobre todo para la documentación técnica. O, al menos, para trabajos escritos que necesitan ser alterados para actualizarse, etcétera. Pero eso dejaba fuera a muchos que simplemente consideraban que era una cesión excesiva para cierto tipo de obras. Por ejemplo, si escribo un artículo de opinión, yo considero un derecho mío como autor que dicho artículo permanezca incólume. No es una cuestión de libertad, es una cuestión de que no se manipule lo que yo escribo. Si tú tienes una opinión diferente, puedes escribir artículo con opinión, incluso citándome donde lo creas conveniente. Pero no pongas en mi boca cosas que yo no he dicho.

La GFDL además se limitaba a documentación (es decir, a trabajos escritos), con lo que dejaba fuera todo una incipiente producción libre (música, imágenes, etc) que empezaba a eclosionar. A los que buscaban licencias de textos más adecuadas con su forma de pensar más los que buscaban licencias para otro tipo de material, y así empezaron a surgir multitud de iniciativas y licencias de todos los gustos y pelajes, más libres, menos libres, y mediopensionistas, de todos los colores y naciones. Una fiebre de licencias recorrió el mundo. Y fruto de su diversidad, la mayoría de ellas se me mezclaban mal.

También hay multitud de licencias de software libre, pero el tiempo y/o la selección natural ha aupado a unas cuantas al podium: la GPL, las estilo BSD/MIT, la Apache. Y entre todas esas, la primera es la que más peso tiene con diferencia. Pero fuera del software, aquello era un reino de taifas que no conducía a ninguna parte. Y en esas, aparece Creative Commons.

La virtud de Creative Commons fue precisamente la de intentar sumar, en vez de "forjar un anillo para dominarlos a todos". Había una disparidad de opiniones y de sensibilidades distintas que satisfacer, que habían provocado la fragmentación licenciticia, y CC se proponía como un paragüas bajo el que pudieran guarnecerse un buen grupo de personas que le pedían a una licencia cosas ligeramente diferentes (y en algunas ocasiones, contrapuestas). Y así nacieron las CC, que no son una, sino muchas mellizas.

Cuatro años después, se oyen voces que claman que Creative Commons no es copyleft. Para empezar copyleft es un concepto ambiguo, una especie de broma convertida en algo serio, y según a quién le preguntes te lo definirá de diferentes maneras. Tampoco es que Creative Commons se haya vendido como "la licencia copyleft", y eso que hay dos de sus licencias que pocos dudarían en calificarlas como tal. El mantra de Creative Commons siempre ha sido el de "algunos derechos reservados", no el de "ningún derecho reservado". Es más, eres tú el que activamente escoges los derechos que te guardas, si es que quieres guardarte alguno.

Y esto es, en mi opinión, lo más importante de las licencias: que uno se hace responsable ante los demás sobre su relación con ellos. Si no le gusta que hicieran un uso comercial sin su consentimiento de la obra en cuestión, lo pone de manifiesto abiertamente. Si no quiere obras derivadas sin control, lo dice. Y se atiene a lo que ha dicho. No hay nada más vergonzoso que esos giros de 180º justificándose en "es que yo no sabía que esto era así". Y que conste que con las propias CC ha pasado varias veces, lo cual demuestra la ligereza con que se toma un tema tan serio con el de las licencias, que en definitiva se reduce a una cuestión de respeto a una persona que es el autor.

Además, a pesar de lo que pudiera parecer, una licencia cc-nc-nd (no comercial, no derivados), que se podría considerar como la más restrictiva de las CC, y que muchos claman que no es una "licencia libre" y patatín y patatán, es una licencia que está a años luz de una licencia copyright. No sólo se puede distribuir libremente, razón por la cual archive.org y otros muchos sitios te harán réplicas o te permitirán alojarla sin problemas, sino que se permiten realizar compilaciones (en este caso no comerciales) de obras.

También se salvaguardan ciertos derechos de los lectores (por ejemplo, a guardar una copia de lo que han leído, e incluso a redistribuirla), sin que éstos puedan revocarse. Imaginaros que por ejemplo el periódico gratuito 20 minutos, que se distribuye bajo licencia CC, pasara a ser cerrado y de pago. Pues bien, todo el material que estuviera bajo licencia CC y que tuviéramos guardado no sólo podríamos intercambiarlo, sino que incluso podríamos publicarlo nuevamente en la web sin posibilidad de que 20 minutos pudiera impedírnoslo. Es más, si fuéra más rápida la noticia que el hecho, alguien podría replicar toda la web completa antes del cierre y ponerla de nuevo online en otro sitio ¿No es esa una libertad que merezca la pena preservar? Pues es algo que garantiza hasta la considerada más "pérfida" de las licencias CC.

La otra gran crítica de estos días se centra en un aspecto mucho más técnico, y hace referencia la la validez de las licencias CC bajo el ordenamiento jurídico español. Hay que decir que en su día el grupo de CC-es hizo un trabajo de adaptación de las licencias a nuestra legislación, y si bien es cierto que las licencias provienen del mundo anglosajón, que históricamente han seguido un camino diferente en cuestiones jurídicas del recorrido por las culturas herederas del derecho romano (como la española), también hay quien considera que las licencias CC son legales en España.

Pero yo no me voy a meter en asuntos técnicos legalistas, que ni me competen ni me interesan. Lo que quiero es recordar es el de donde venimos y el por qué estamos aquí (que para eso me he molestado en escribir la parrafada): por el caos de licencias que existía previamente. Muchos renunciaron a su "fulanito license", y lo hicieron por una razón[3]: porque "homologar" sus licencias les permitía una mayor capacidad para mezclar sus obras con las de otros (al menos entre aquellas versiones de la CC que tienen elementos compatibles). También nos permite una defensa conjunta de las mismas (¿te imaginas llevando al juzgado una presunta violación de "fulanito license", otro de "menganito license" y un tercero de "zutanito license"?), y también es importante porque establece un "lenguaje común" alrededor de las licencias[4].

Vivimos en un mundo globalizado en el que sin embargo barreras legales cada vez más artificiales nos separan, cuando nuestra conciencia común avanza en el sentido contrario. Creative Commons es un proyecto que ha nacido dentro de esa conciencia de "aldea global", y ello se refleja en su vocación internacional y su sensibilidad hacia la adaptación y localización de sus licencias a cada jurisdicción. Queremos unas licencias universales, queremos unas licencias colectivas, queremos unas licencias poderosas. No queremos un sucedáneo "made in spain" y otro "made in taiwan" y otro más por cada país, region, nacionalidad, comunidad autónoma, federación, condado o villorrio, sólo porque a algunos les guste hacer de la legislación un "hecho diferencial".

Si cuesta adaptar las CC se le dedica más tiempo. Y si hace falta, se adapta la propia ley ¡que cojones! Pero proyectos al estilo de Colorius (por mucho respeto que me pueda merecer el señor Pedro J. Canut) y similares no son aceptables como alternativa. No son más que parches, remedos que no llevan a ninguna parte. Todo lo que sea fragmentar es un paso atrás. Es dejarnos de nuevo aislados del resto de la corriente liberadora que circula por el resto del mundo.

¿Voy a dejar de leer un texto, escuchar una música o ver una película que tienen el consentimiento (incluso podríamos decir que el deseo) del autor --imaginemos que es anglosajón-- por que lo haga, porque algún abogado diga "¡¡Norrrrlll!! ¡¡ Esa licencia no es aceptable según nuestra legislación PLGDMM[5]"?. Pues eso para mí es inadmisible. Y es al final lo que se está diciendo cuando se acusa a las CC de ser inválidas en España, no sólo al hecho de si podemos licenciarlas los de aquí con CC o no. El que quiera trabajar en sus sistema de licencias es muy libre de hacerlo, pero EMNTHO[6] sólo pierde el tiempo él y nos lo hace perder a los demás, cuando hay cosas más importante que hacer.

En definitiva, que parece que cada vez hay más gente que se deja arrastras por la moda de despreciar las licencias Creative Commons, olvidando con ello dos de sus grandes logros: el que sea capaz de aglutinar a gente tan dispar bajo una misma bandera, y el que nos haga valorar lo que los demás nos conceden a través de lo que nosotros somos capaces de conceder. Que no es poco.

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* o sea, rojo, amarillo y verde
** las portadas de animales de O'Reilly son su "imagen de marca" y algo a lo que seguramente no estaba dispuesto a renunciar
[3] realmente por dos razones, y es que es preferible confiar en un experto en derecho de autor e IP como Lawrence Lessig a la hora de redactar una licencia
[4] y si no me crees, piensa que este texto lo he licenciado bajo "zutanito license" :-P
[5] Por La Gloria de Mi Madre
[6] En Mi No Tan Humilde Opinión

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver, que me entere yo. Nos hemos pasado la vida defendiendo la diversidad y ahora nos pasamos al monocultivo?

Interesante.

Y que haya sólo una tele, asi no tenemos que pensar si lo que dice el telediario es cierto o no ;).

Javier Cantero dijo...

¿Diversidad? Yo en tema de licencias siempre he defendido la GPL/LGPL por encima de las demás. Otra cosa son los programas, que ahí sí que debe haber diversidad.

DTM, si te parecen poco diversas el porrón de licencias CC que hay para todos los gustos y colores... (6 genéricas, 3 de sampling, la de dominio público, la de Copyrights Founder, la de Paises en Vías en Desarrollo, etc). Si algo no está cubierto, está bien que haya una licencia que lo cubra. Pero "haber por haber"...