lunes, julio 06, 2009

Funciona, porque es gratis

La inminente salida de 'Free*: The future of radical price' (artículo original y libro completo), el nuevo libro de Chris Anderson —editor jefe de Wired y autor del ya famoso 'The Long Tail'— ha levantado no poca polvareda. Y la crítica más sonada ha venido a través de un artículo de Malcolm Gladwell en The New Yorker titulado Priced to Sell. A éste artículo han venido contracontestaciones (por ejemplo ésta de Seth Godin) y, bueno, me imagino que la bola de nieve seguirá dando vueltas por ahí. Incluso por estos lares también hemos tenido discusión al respecto, como podréis ver en la entrada de tinta-e Libros gratis, en Comunicación cultural (que, por una vez y sin que sirva de precedente, no voy a resumir por aqui xD). El objetivo de ésta entrada es otro: analizar uno de los argumentos presentados por el señor Gladwell:

Look at YouTube, he says, the free video archive owned by Google. YouTube lets anyone post a video to its site free, and lets anyone watch a video on its site free, and it doesn’t have to pass judgment on the quality of the videos it archives. “Nobody is deciding whether a video is good enough to justify the scarce channel space it takes, because there is no scarce channel space,”

[...]

Although the magic of Free technology means that the cost of serving up each video is “close enough to free to round down,” “close enough to free” multiplied by seventy-five billion is still a very large number. A recent report by Credit Suisse estimates that YouTube’s bandwidth costs in 2009 will be three hundred and sixty million dollars. In the case of YouTube, the effects of technological Free and psychological Free work against each other.

So how does YouTube bring in revenue? Well, it tries to sell advertisements alongside its videos. The problem is that the videos attracted by psychological Free—pirated material, cat videos, and other forms of user-generated content—are not the sort of thing that advertisers want to be associated with. In order to sell advertising, YouTube has had to buy the rights to professionally produced content, such as television shows and movies.

[...]

To recap: YouTube is a great example of Free, except that Free technology ends up not being Free because of the way consumers respond to Free, fatally compromising YouTube’s ability to make money around Free, and forcing it to retreat from the “abundance thinking” that lies at the heart of Free. Credit Suisse estimates that YouTube will lose close to half a billion dollars this year. If it were a bank, it would be eligible for TARP funds.
El punto clave que pierde de vista este comentarista es que YouTube funciona porque es gratis. Y esa es la clave de todo. Para explicarlo, voy a empezar poniendo como ejemplo otra de las compras sonadas de Google: el servicio de blogging gratuito Blogger.

Esta misma bitácora está en Blogger. ¿Y por qué está en Blogger? Porque mi bitácora original estaba en una máquina propia, conectada 24 horas al día 365 días al año a Internet, que tenía que pagar, y preocuparme por su mantenimiento: de su seguridad, no se me colara algún cracker y me la liara; de su disponibilidad, que al ordenador le pasara algo y se bloqueara, que los procesos del apache no le dieran por quedarse zombies misteriosamente, etc; de la actualización de todo el software usado, desde el núcleo del sistema operativo a la plataforma de publicación que usaba (geeklog). Es decir, esa máquina tenía un coste, no sólo en términos económicos del pago de la línea (ADSL) o el hardware necesario, sino del esfuerzo —mano de obra— que requería.

Cuando no pude mantener más esa máquina, lo que hice fue buscar un sitio donde pudiera seguir publicando gratis, y a su vez no tuviera que dedicar mi tiempo a mantener. O sea, doblemente gratis, ya que es el tiempo de otras personas (los técnicos de Blogger/Google) y otros recursos los que se consumen y ponen a mi disposición sin coste alguno. Blogger es un servicio análogo a YouTube, puesto que tanto el emisor (el blogger que publica sus entradas) como el receptor (los lectores) reciben un servicio totalmente gratis. El que paga el servicio es, como en el caso de YouTube, Google.

Las "3 patas de banco" de Blogger son:
  • Gratis para el lector: el lector puede acceder a cantidades ingentes de información de casi cualquier tema imaginable, sean cuales sean sus intereses, totalmente gratis. Y no puede ser de otra forma, puesto que el lector nunca pagaría por algo que a priori no sabe si realmente merece la pena pagar o no hasta que lo "ha consumido" (leído). Por otro lado, la economía de la abundancia descarta que alguien vaya a pagar por un contenido que puede recibir por otras múltiples vías de forma gratuita (dejando de lado algunos contenidos altamente especializados, que no van a ser distribuidos mediante esta plataforma).
  • Gratis para el autor: el autor tiene una plataforma de publicación a la cual no tiene que dedicarle la menor atención, ni en forma monetaria ni de esfuerzo, de forma totalmente gratuita, mantenida, protegida y mejorada por Google. Una plataforma con la cual puede llegar al todo el mundo, sin limitaciones de tener que pagar por tráfico adicional (si una entrada se convierte en tremendamente popular), ni que se te caiga la página web por la saturación, ni situaciones similares. Es decir, tienes una plataforma de publicación equivalente en robustez a la de un gran periódico internacional (gracias al respaldo de los servidores de una megacorporación como Google, claro) al alcance de un particular.
  • Gratis para Google: ¿Cómo? ¿Pero no es Google el "pagano" (el que paga) de todo esto? ¿Qué gana Google ofreciendo este servicio gratuito? Pues para empezar, gana el trabajo y los conocimientos de un montón de gente —los autores—, que le están generando contenido gratuitamente y por la cara con el que atraer a los internautas. Porque Google, no se nos olvide, vive, entre otras cosas, de vender publicidad en Internet. Y la publicidad en Internet se vende más y mejor a medida que hay una creciente audiencia en el medio. En el caso de Blogger, cuantos más contenido hay en los blogs, que atrae a más lectores, mayor es el valor de insertar publicidad en la web (en general). Y en las webs donde están alojadas esos contenidos, en particular (en este caso Blogger). Google, con Blogger, se está creando un enorme panel donde insertar su publicidad, y lo curioso es que lo está logrando a un coste infinitesimal, en relación a si tuviera que pagar por todos la generación de todos esos contenidos. Pero es que aun hay más: Google no sólo le saca partido a los autores, sino que también le saca partido a los lectores. ¿Cómo? Estudiando los hábitos de consumo/navegación. Al contabilizar el acceso a la información que han creado los autores en Blogger, es capaz de inferir patrones, temas de interés, relaciones, ... y toda esa enorme base de datos del comportamiento de los internautas la obtiene gratuitamente, y la puede emplear para múltiples de sus negocios: publicidad dirigida/segmentada, mejora del algoritmo del buscador, y otras muchas aplicaciones que les permiten tener una ventaja competitiva en muchos campos (por ejemplo en la creación de correctores de gramática, o traductores). Y vaya usted a saber qué más se sacarán de la manga de esa apabullante fuente de datos, de la que ha llegado a decirse: "Google sabe más acerca de tí que tu mamá".
Blogger funciona porque las "3 patas de banco", los tres agentes que intervienen en la "transacción" (el servicio) se benefician de la gratuidad. En los tres casos es una relación de WIN-WIN (ganar-ganar), y si no fuera así, el equilibrio se rompería y el servicio fracasaría. Pero no es el caso.

¿Es aplicable este mismo modelo a YouTube? Por supuesto. La diferencia fundamental entre Blogger y YouTube está sólo en la magnitud de la información que se maneja. En el caso de Blogger, al ser texto con unas pocas imágenes, el coste de explotación global, aun con cientos de millones de blogs, es marginal respecto a los beneficios de la ventaja competitiva que logra a cambio. Y es que si hay algo que le sobra a Google son datacenters y ancho de banda, pues lo necesitan para sus múltiples servicios.

Sin embargo, el coste de almacenamiento en disco y de ancho de banda que para streaming de texto es barato, para streaming de video, que puede ser dos órdenes de magnitud superior, es aun caro. Cuando yo me compré mi primer ordenador, aquel disco de 40MB parecía enorme. Ahora un disco de 1TB nos parece "lo de andar por casa". En cuanto a transmisiones, yo empecé con 1200bps half-duplex, y ahora ando por los 3MB, si no los han duplicado ya a los 6MB. El tiempo juega en favor de un abaratamiento cada vez mayor del espacio en disco y el ancho de banda, hasta —es de suponer— el punto en el coste de mantener algo como YouTube sea mucho más manejable.

De hecho, quiero poner un segundo ejemplo de "funciona porque es gratis": el propio buscador de Google. Y es que, a alguno de los internautas más jóvenes les pueda sorprender, en su día había buscadores de pago. Uno de los más famosos era lycos (sí, ese que compró Telefónica por una burrada de dinero y que luego no les valió para nada), el cual tenía una version gratuita reducida —que no usaba nadie cabal— y luego otra de pago con acceso a toda la información. En este modelo, la primera pata de banco, los usuarios, fallaban al no ser un servicio gratis.

Luego existían otros buscadores, el más conocido altavista, muy utilizado hasta que se le ocurrió que su modelo de negocio se basaría en vender las primeras posiciones de búsqueda al mejor postor. Es decir, las búsquedas ya no dependían de que tu página web fuese realmente pertinente para el usuario que buscaba esa información, sino que dependía de lo que el autor pagara por posicionarse. La segunda pata de banco, gratuito para los autores (de páginas web en este caso) fallaba estrepitosamente.

Finalmente, el mercado se lo comió un buscador llamado Google. Un buscador que, efectivamente, se usaba porque técnicamente era bueno. Pero también porque era gratis para el usuario, que podía acceder a toda la funcionalidad sin restricciones, y para los webmasters, a los que Google posicionaba según su esfuerzo de autoría y pertinencia de la página, siendo totalmente gratuito el aparecer en el buscador en cualquier posición, incluyendo las primeras.

Y Google recibió a cambio el convertirse en el "campo de juego neutral" de la red, a partir del cual los consumidores de información llegaban a los productores de la misma. Y esa posición hegemónica les abrió muchas puertas y muchos negocios. Y el resto, es historia.

Y la moraleja de este cuento es: Google, el gigante de Internet, funciona, porque es gratis.

Addendum: despues de haber terminado deprisa y corriendo la entrada (porque se hacía tarde), me he dado cuenta que me ha quedado un trozo, un importante trozo, sin contar. Va a continuación.

¿Es aplicable el modelo de "las tres patas de banco" a YouTube? No sólo es aplicable, sino que además, es el único posible. Primero, porque (dándole la vuelta al argumento del señor Gladwell) nadie va a pagar por ver "videos de gatos", ni el video casero aquél tan gracioso del tío Andy con una tajada monumental. La única manera de distribuir contenido generado por el usuario, que en un gran porcentaje (al menos el 90% si hacemos caso de la Ley de Sturgeon) va a ser material amateur bastante penoso, es que el usuario acceda a él de forma gratuita y sin limitaciones. Segundo, porque los autores particulares —y no tan particulares— no pueden pagarse una infraestructura como para hacer streaming de sus videos, y menos una que pueda soportar que alguno de esos videos de repente se convierta en un megaéxito puntual y sea imposible de ser servido (con lo que matas cualquier posibilidad de éxito). Eso se lo puede permitir una gran compañía, ya sea porque es un media que tiene una infraestructura ya creada para ese tipo de eventos (vive de ello), ya sea porque se puede permitir pagarle a uno de los media anteriores por el servicio.

Imaginemos un creativo publicitario que tienen una idea para una campaña que cree de mucho impacto, pero que no pueden permitirse pagar el tiempo de emisión en las principales cadenas de televisión del país. Tampoco pueden permitirse contratar un hosting y arriesgarse a que, si su video es visto por gran número de personas, la factura que le llegue del proveedor de hosting el mes siguiente por el ancho de banda consumido (y eso suponiendo que tal proveedor ha sido capaz de aguantar la avalancha de peticiones) puede alcanzar niveles estratosféricos. Ambas vías se las puede permitir una gran agencia de publicidad, o una gran cadena de televisión, pero no el resto, entre los que se incluyen no sólo particulares, sino también pequeñas y medianas empresas, incluso profesionales independientes o pequeñas empresas del sector. Para todos ellos, un servicio como YouTube es genial, y es genial porque es gratuito. Tienen sin coste alguno al alcance de la mano la posibilidad de poner en la pantalla de todos los internautas del mundo su video. ¿Cómo no la van a querer aprovechar? Y aunque muchos autores lo usen para subir videos de gatos (ojo, que más de un fenómeno de Internet ha sido un video de gatos u otra chorrada por el estilo), una parte de esos autores no se van a limitar a eso. Y bien porque sean profesionales que hacen un video que en realidad es una campaña publicitaria de una pequeña empresa —o de una grande entrando en el juego de la publicidad viral—, bien para promocionarse profesionalmente, o por puro amor al arte, no todo lo que hay en YouTube va a ser basura. Porque lo que le interesa al autor es la gratuidad de YouTube como plataforma de lanzamiento. En cambio, lo que le interesa al usuario de YouTube es la gratuidad de lo que puede ver a través suyo.

En este juego a tres bandas, falta la gratuidad del tercero, es decir de YouTube/Google. ¿Creéis que Google pierde dinero con YouTube? Tal vez visto como una división separada, así sea. Pero si aplicamos el mismo análisis que hicimos en el caso de Blogger, los autores que utilizan YouTube está creándole a Google gratuitamente un ecosistema de información audiovisual que ellos pueden aprovechar en el futuro para potenciar su negocio de insertar publicidad en Internet (en este caso, en el streaming de video). Si creéis que eso no es rentable, preguntaros entonces por qué proliferan los videos sacados de YouTube en las televisiones, llegándose el caso de programas entéramente basados en videos sacados de ahí. Y preguntaros también como es posible que sea más caro emitir anuncios publicitarios en la emisión online de Los Simpson que en la emisión televisiva. Ahí hay negocio, y un día convergerá ese enorme archivo online de videos, junto con el montón de información sobre preferencias que de nosotros también está recogiendo Google a través de YouTube y los videos que incrustamos o enlazamos en nuestras webs (también entregadas por nosotros de forma gratuita), junto con un descenso en los costes operativos de streaming y almacenamiento de video, para volver a formar una situación WIN-WIN-WIN entre las tres partes de éste triángulo gratuito.

Y todo esto funcionará, porque es gratis.

Actualización: añadido el libro completo, que ha sido publicado totalmente gratuito en scribd.

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* traducido como 'Gratis', no como libre

5 comentarios:

JJ dijo...

Muy acertado... pero en realidad lo que estás diciendo es que no es gratis. Si acaso, que no cuesta dinero. Se paga en esfuerzo, en cesión de intimidad... pero todo se acaba pagando. Por cierto, que no recuerdo yo que Lycos fuera de pago. ¿Qué diferencia había con el gratis?

Javier Cantero dijo...

Excepto que consideres "gratis==no cuesta dinero". Que es al final lo que mayoritariamente entendemos como gratis.

También hay empresas que te regalan gratis una exprimidora... si vas a su charla donde intentan venderte una enciclopedia o un apartamento en multipropiedad. No creo que la gente dijera "la exprimidora no es gratis, es que no cuesta dinero", aunque si lo dijeran, tendrían toda la razón, lo mismo que la tienes tú en la puntualización.

Lycos era uno de los dos buscadores que había de pago (¿el otro era Infoseek?). Se supone que si te hacías miembro y pagabas, obtenías "mejores" resultados y más precisos. Desde luego, yo nunca he pagado (incluso dudo si alguna vez llegué a usarlo), así que no puedo decir que fuera verdad.

Aunque también puede pasar que me esté confundiendo de nombre de buscador. Mi memoria nunca ha sido muy buena. :-/

Anónimo dijo...

Oye javier, soy admirador tuyo y de tu padre: El Fary, pero más admirador aún lo es un discapacitado del Centro "la chopera" que se llama Jose,En Yunquera de Henares, Guadalajara, No para de cantar "el torito bravo" y me pregunto si tuvieras alguna fotografia del Fary que le pudieras dedicar: No sabes la ilusión que le haria. Seria un favor muy muy especial para mi.
Luis Tejeiro.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Javier Cantero dijo...

Te equivocas de persona, yo no tengo nada que ver con el cantante (como dice, si te fijas, en el subtítulo del blog)