sábado, febrero 06, 2010

A vueltas con los e-libros y la crisis editorial (III)

¡Hola! Soy Javier Cantero, y quizá me recuerden de entradas de blog como A vueltas con los e-libros y la crisis editorial (II) , El futuro de los libros, El futuro del libro digital (I), o La persecución del ebook: equivocándose de enemigo. Hoy también vengo a hablar de libros digitales, la crisis editorial y otros temas espinosos. Pero permitidme empezar con una cita de un capítulo de una serie de ciencia-ficción que ví recientemente:

«Tenemos que afrontar los hechos: la tecnología existe. No puede des-inventarse. Una vez que este ahí fuera, se abusará de ella. Ninguno de nosotros puede impedir que suceda, pero podemos elegir dónde queremos estar y de qué lado, cuando el fin realmente llegue.» — Dollhouse
Lo que dice el personaje de la serie es completamente pertinente: la tecnología está aquí; los ebooks no pueden des-inventarse. Por mucho que moleste a toda la cadena de productores/distribuidores del libro de papel (son muchas las industrias implicadas, muchos los puestos de trabajo amenazados, que miran no ya con recelo sino con miedo —que se traduce en odio— al ebook) la situación ya no es reversible. El ebook está aquí para quedarse, y para ir transformando el panorama mediante la destrucción. Como dijo Jeff Bezos en Newsweek:
"Los libros no están muertos. Simplemente se están volviendo digitales".
Y la dicotomía de esa sustitución de la vieja forma de hacer las cosas frente a la nueva, se está manifestando a través de lo que ahora se ha convertido en el meollo del asunto: ¿Cuál es el precio del ebook? Que, visto desde otro punto de vista, es lo mismo que preguntarse: ¿quién le pone el precio al ebook?

Los viejos actores (como el magnate de los medios Rupert Murdoch) ven con horror el precio de 10$ de Amazon. Un precio con el que comprenden que no puede sobrevivir su producto de papel, a pesar de que ganen más con la versión electrónica. Así que han decidido que su línea de defensa actual es mantener artificialmente caros sus ebooks para que no sean competencia de sus pbooks.

Pero, a su vez, la parte de la demanda del mercado también tiene algo que decir. Y lo que dicen es que incluso los 10 dólares les parecen tremendamente caros. Con lo cual, cuando oferta y demanda no se cruzan, lo que ocurre es una situación de no-mercado: no se vende. Y cuando no se vende, lo que tenemos es la crisis editorial que venimos anunciando, en todo su esplendor.

Respecto a los nuevos actores, como Amazon, ellos saben que hay mucho dinero por ganar en el mercado de los ebooks, pero no a los precios defensivos abusivos que pretenden imponer los grandes grupos editoriales. Lo han demostrado en el pulso que echaron a MacMillan, a pesar de la (aparente) derrota. A MacMillan ya se les ha unido Harper Collins (propiedad de News Corp, es decir, Rupert Murdoch) y también Hachette [1] [2], en lo que parece un levantamiento en toda regla "frente a la tiranía de Amazon", o al menos eso es como lo quieren hacer pasar. Predicción facilona: pronto veremos a todas las grandes contra Amazon. Lo que hay que entender de todo este lío es que Amazon ha actuado con una lógica empresarial aplastante: no puede enfrentarse (aun) a todos ellos unidos en un cartel (por cierto ¿el Departamento de Justicia de EE.UU. no debería estar investigando esto ya?), pero tampoco puede quedar asociado a la "vieja escuela" ante los ojos de sus clientes, pues teme —y con razón— la reacción de éstos. Así que ha hecho lo único que realmente podía: presentarse primero como el "adalid" de sus clientes, y luego sibilinamente retirarse aparentemente vencido.

A todo ésto quiero añadir que es bastante triste ver a autores haciendo de "infantería de a pie" de sus editoriales. Si bien los de Amazon no son unas hermanitas de la caridad, ni mucho menos de fiar, al menos no son el tipo de gente que se dedica a dispararse a su propio pie. ¿Han estado mal en las formas? Desde luego que algunas decisiones han sonado torpes y/o pretenciosas, pero no cabe duda que querían desmarcarse totalmente, sin que cupiera la más mínima duda, de la subida de precios: que a ellos jamás se les acusara de "connivencia con el enemigo". Este comportamiento que a corto plazo puede pasarles factura, a medio y largo plazo saben perfectamente que, teniendo los editores la batalla perdida, ellos estarán en la posición idónea para recoger los restos que queden, y a continuación monetizarlos. Me temo que algunos de estos autores que tanto han protestado son perfectos candidatos a volver mendigando a Amazon por un sitio en su catálogo.

Ni Amazon debería ser la única librería que monopolizara todo el canal de distribución (no lo es, pero los autores con su sobrereacción parece que quieren demostrar lo contrario) ni los autores tienen razón en quejarse: si MacMillan y los demás creen que lo pueden hacer mejor que Amazon (o que cualquier otra librería) y vender los ebooks a 15$, ya están tardando en abrir sus respectivas librerías y tratar de venderlos en competencia directa. ¿Por qué no lo hacen? Esa es una buena pregunta que nadie parece dispuesto a hacer, ni mucho menos a responder.

La batalla no ha hecho sino empezar, así que esperaos nuevos "partes de guerra" en el futuro. No sabemos aún si va a ser una batalla larga o corta (cruenta está descartado que va a serlo) ya que una industria donde el 40% de los libros impresos terminan convertidos en pulpa antes de ser vendidos es una industria sentenciada y condenada de antemano por el juez de la Eficiencia. En medio de la crisis global que nos azota, pueden caer con misma facilidad que caen los castillos de naipes, pese a vuestra incredulidad.

Y mientras tanto, en España ¿qué? Bueno, en España ni siquiera hemos empezando la reconversión de las librerías, así que éstas ven cada día más claro que van a ser las primeras sacrificadas en la enorme pira funeraria editorial. Me temo, que como reza la maldición china, les tocó vivir tiempos interesantes.

No hay comentarios: